Qué es el fenómeno de La Niña y cómo afectaría a Chile

Desde la NOAA, pronostican el final del fenómeno de El Niño para abril de 2024, sin embargo, su contraparte podría desarrollarse los siguientes meses.


Durante el año 2023, Chile y el mundo se está viendo afectado por el conocido “Fenómeno del Niño”, que se ha mantenido desde hace seis meses y desde la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), aseguran se prolongará hasta el mes de abril 2024.

Es así que se estima que el fenómeno está en etapa de maduración, donde se verá su peak para luego bajar gradualmente debido a que, actualmente, existe una burbuja de agua fría en el Pacífico Tropical que estaría bajando las temperaturas, por lo que existe la probabilidad de que el evento finalice durante el año 2024.

Sin embargo, desde el NOAA pronostican que la posibilidad de que se forme un nuevo fenómeno, el cual será totalmente opuesto al que se ha vivido estos meses.

¿Qué es el fenómeno de La Niña?

El Pacífico Tropical presenta oscilaciones cuyas fases se conocen como El Niño y La Niña. Cuando este está relativamente frío se considera que estamos en presencia de La Niña. Es decir, es lo opuesto de El Niño, que es cálido.

“La fase de La Niña está asociada con la temperatura de la superficie del Océano Pacífico, disminuye bajo cierto umbral de temperatura, y por lo tanto el agua está más fría, la tasa de evaporación disminuye, hay menor nubosidad, hay mayor cantidad de frentes de alta presión y eso está asociado a menores temperaturas, pero a su vez menor precipitación y mayor sequía”, explicó el investigador de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), Edgardo Sepúlveda, para el caso de Chile.

Por su parte, Patricio González, académico del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología de la Universidad de Talca detalló el funcionamiento del fenómeno. “El evento frío La Niña es cuando las aguas cálidas, que cubrían el Océano Pacífico ecuatorial central, se retiran hacia Indonesia producto de la intensificación de los vientos alisios, y resurgen las aguas frías desde las profundidades del océano generando un descenso de las temperaturas en el área ecuatorial central”, comentó.

Esta oscilación térmica puede afectar de distintas formas a variadas zonas del planeta. Junto con ello, a pesar de tener registros anteriores de La Niña, esta no presenta los mismos patrones siempre. Por lo que sus consecuencias podrían ser completamente diferentes.

A discordancia de El Niño, su contraparte suele durar un período de tiempo más largo. “Podría pasar varios años que estemos con el fenómeno de La Niña”, señaló Sepúlveda. Mientras que González aseguró que “un evento El Niño suele durar un año y favorecer lluvias intensas; en cambio La Niña puede desarrollarse hasta por tres años consecutivos, generando sequías”.

¿Cómo afecta esto a Chile y el mundo?

“En Chile, el efecto no solamente se remite a las temperaturas. Los años marcados por la niña tienden a ser secos. Después de un 2023 marcado por el niño y las lluvias en Chile, si la niña se concreta, podría traer de vuelta la sequía a la zona central de Chile”, indicó Raúl Cordero, climatólogo y académico de la USACH y líder del grupo científico “Antarcticacl”.

A esta opinión se suma la de Patricio González. “Todas las grandes sequías que han afectado a Chile han sido generadas, en su mayoría, por eventos fríos La Niña. Si la normal de Santiago es de 286.3 milímetros, durante un evento La Niña han llovido 127.3 mm (1946); 69.2 mm (1968); 172.0 mm (1973); 71.6 mm (1998) y 82.0 mm (2019), por nombrar los eventos con efectos más negativos en las lluvias anuales. Todas estas sequías se produjeron posteriormente a un evento El Niño. Por estas circunstancias se debe estar vigilante a lo que ocurra el 2024″, apuntó.

Junto con ello, otros impactos -además del déficit en las lluvias de la zona centro-sur- serían el alza en las horas de frío, ocurrencia de heladas, incluso unas tardías primaverales que afectarían la agricultura.

Por su parte, a nivel planetario, las consecuencias de La Niña pueden variar, así lo explicó el académico de la Universidad de Talca.

“En América Central es bastante probable esperar condiciones relativamente más húmedas de lo normal, principalmente sobre las zonas costeras del mar Caribe. En América del Sur predominan las condiciones más secas y más frescas de lo normal sobre Ecuador y Perú, lluvias intensas e inundaciones en Bolivia, así como condiciones más húmedas en Guyana y el nordeste de Brasil. La Niña potencia el desarrollo de condiciones atmosféricas y oceánicas favorables para una mayor ocurrencia de huracanes en el Atlántico y mar Caribe algunos de categoría 5 en la escala internacional Saffir –Simpson, los más potentes y destructivos”, detalló.

¿Cuándo se desarrollará el fenómeno de La Niña?

Según la explicación de los tres expertos, eso dependerá de cuando termine El Niño, y cuánto demore La Niña.

Puede ser seis meses e iniciarse a finales del 2024 (verano) o, como ocurrió en el período 1997-1998, en que en marzo de 1997 la temperatura superficial del mar estaba en 28.4° C (El Niño muy fuerte) y en julio baja a 26.2° C; es decir descendió 2.2° C en tres meses, originando un evento La Niña categoría fuerte”, explicó González.

Por su parte, el climatólogo Cordero, concluyó que “de acuerdo al pronóstico de la NOAA, existen probabilidades superiores al 40% de que la niña se desarrolle a mediados del próximo año. 40% es un porcentaje muy significativo”.

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