Arcaica pero valedera
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EN LA lectura de la columna "Nuestro Bernie", de Óscar Contardo, publicada en La Tercera el domingo 14 de febrero, varios lectores trastabillaron con el término "dizque", que emplea el autor. Escribe: "Bernie es hijo de inmigrantes polacos pobres que nunca leyeron a Barros Arana. Una situación muy diferente a la de su dizque símil chileno, miembro de una familia criolla,...". La expresión "dizque", si bien arcaica, es la amalgama de la forma apocopada "diz" (dice) y la conjunción "que". Se utiliza en varios países americanos (entre otros, en Perú, Colombia y Venezuela) y también en España como adverbio, con el sentido de "al parecer" o "supuestamente" (...eran trabajadores dizque muy responsables); o también como adjetivo, antepuesto siempre al sustantivo, con el sentido de "presunto o pretendido" (... se ufanaba el dizque abogado con su biblioteca).
Los lectores Carlos Díaz, Marlén Schmidt y Cecilia Alarcón consideran que la palabra "dizque" es "una expresión de jerga". Pero, no es así. Figura en los diccionarios de la lengua y Panhispánico de Dudas, y este último dice que su empleo no representa ningún tipo de incorrección.
Además, "dizque" tiene una particularidad: es una voz bastante precisa, porque como adverbio o adjetivo, tiene un matiz de tratamiento ligeramente despectivo, que indica duda respecto de la veracidad de la información. El columnista Óscar Contardo no sólo publicó su ingenioso artículo "Nuestro Bernie", sino que también rescató para los lectores un término que dormía profundo al interior del baúl de la abuelita.
No se hizo humo
La lectora Marta Gálvez señala que "el título del reportaje sobre el incendio en el vertedero Santa Marta -'El día que Santiago se hizo humo'- si bien parecía creativo, era erróneo, porque el dicho popular 'hacerse humo' tiene otro significado".
Aunque todos los lectores supieron de inmediato a qué se refería el título del reportaje principal, es cierto que el dicho popular indica otra cosa. El incendio al interior del relleno sanitario, que sumió a la capital en una densa nube de humo, no consiguió que Santiago se "hiciera humo". El diccionario dice que "hacerse humo" significa "alejarse rápidamente de una persona o lugar" y cita un ejemplo: "Cuando se enteró que lo buscaban, se hizo humo". Lo cierto es que respiramos humo, ...pero la ciudad seguía allí: no se hizo humo.
Hasta que cicatrice
Los lectores Alberto Vega de la Fuente y el periodista Raúl Rojas indican -por separado- que el columnista Jorge Navarrete utilizó el término "yaga" de manera errónea en su artículo "Silencios sonoros", publicado en La Tercera el domingo 7 de febrero. "Debió escribir 'llaga', que es una herida" y sostienen que "ni el columnista, ni el diario ni sus lectores pueden ignorar esto".
Ciertamente, se trata de un error. En el encabezamiento de las columna indicada figura la expresión "...hasta que las yagas se hicieron muy notorias". "Llaga" figura en el diccionario de la lengua como "úlcera de las personas y animales" y también como "estigma, daño o infortunio que causa pena, dolor y pesadumbre". Yaga, en cambio, es una forma verbal de yacer (él yaga, yazca o yazga). Ejemplo: que el yaga en cama hasta que cicatrice su llaga...
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