Aseguran que gobierno español premiaría a etarras "arrepentidos"
Entre los "beneficiados" se encuentra Francisco Múgica Garmendia, máximo líder de ETA.

El gobierno español habría trasladado a cárceles cercanas al País Vasco a diez presos del grupo armado ETA condenados por numerosos asesinatos, como premio por haberse desvinculado de la lucha armada y apoyar una salida negociada al conflicto vasco, informó hoy la prensa.
Según el diario El Mundo, que cita fuentes del Ministerio del Interior, estos traslados, que comenzaron el 15 de octubre, incluyeron al ex máximo líder de ETA, Francisco Múgica Garmendia, alias "Pakito", condenado a más de 2.000 años de prisión por su implicación en varios atentados terroristas que en los años 70 y 80 costaron la vida a 37 personas.
"Pakito", expulsado de ETA en 2005 por criticar la continuación de la lucha armada, fue llevado de la cárcel del Puerto de Santa María, en el sur de España, a la prisión de Zuera, ubicada unos 1.000 kilómetros más al norte, cerca de Zaragoza y próxima al País Vasco.
Otro recluso etarra que se benefició de la medida fue, según el periódico, José Luis Urrusolo Sistiaga, alias "Joseba", implicado en varios secuestros y considerado el autor material de numerosos atentados en los que murieron 16 personas en los años 90.
Desde que asumió como jefe de gobierno el socialista José Luis Rodríguez Zapatero en 2004, nunca su Ejecutivo había llevado a cabo un acercamiento de presos etarras tan numeroso. La intención del Ministerio del Interior es que en las próximas semanas sean recompensados con esta medida otros diez internos "arrepentidos" de la organización, agrega El Mundo.
Con el acercamiento de presos de ETA, el gobierno cumple una de las antiguas reivindicaciones de los separatistas y que busca facilitar las visitas de los familiares de los reclusos. Actualmente en España cumplen condena más de 500 miembros de la organización.
La intención de esta política penitenciarias es ahondar la brecha abierta entre los presos de ETA a raíz del debate interno sobre la continuidad o no de la lucha armada e intentar así resquebrajar el autodenominado frente de "makos" (carcelario), que tiene una gran influencia en la organización.
La medida se llevó a cabo pese a que ETA ha perpetrado recientemente varios atentados, como el asesinato hace una semana del empresario vasco Ignacio Uria, y rechazado reiteradamente el abandono de las armas.
El acercamiento de los presos etarras se conoce, además, dos días después de que fuese detenido en el sur de Francia el presunto nuevo jefe militar de la organización, Aitzol Iriondo, lo que supuso un duro golpe para el grupo armado.
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