El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y su alto mando reunidos en una sala de la Casa Blanca, siguieron segundo a segundo el operativo que en la noche del domingo acabó con la vida de Osama Bin Laden, líder del grupo terrorista Al Qaeda, que atentó contra las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001.

En una pequeña sala en la sede del Ejecutivo estadounidense apenas se respiraba hasta que la voz del director de la CIA, Leon Panetta, comunicó la señal clave: "Gerónimo (Bin Laden) EKIA", las iniciales en inglés de muerto en acción. Rápidamente, el ambiente se distendió y Obama sentenció: "Lo tenemos".

Así se vivió el operativo en el corazón de la Casa Blanca, según narran hoy los principales medios estadounidenses.

El diario El País, de España, cuenta que "desde la sala de crisis, el presidente de EEUU y su equipo siguieron en directo el avance en el edificio principal del complejo, cuarto por cuarto, planta por planta, la mayor parte del tiempo en silencio. El rostro de Obama parecía 'de piedra', según un ayudante. El vicepresidente, Joe Biden, pasaba las cuentas de un rosario. En una pantalla, el director de la CIA narraba desde la sede del organismo, al otro lado del río Potomac, lo que estaba ocurriendo en Pakistán".

En la sala se encontraba Obama, Biden y la secretaria de estado, Hilary Clinton.

El asesor de seguridad contra el terrorismo de la Casa Blanca, John Brennan, aseguró que "los minutos pasaban como días. Fue probablemente uno de los periodos con mayores periodos de ansiedad, creo, en la vida de todos los que nos encontrábamos reunidos", afirmó el miembro del gobierno estadounidense.

"Contacto visual con Gerónimo (como era señalado Bin Laden por la CIA)", narró Panetta y unos segundo después llegó el mensaje de "Gerónimo EKIA". De inmediato, un comando SEAL sacó una foto del cadáver, imagen que fue despachada y analizada por un programa de verificación facial que arrojó un 95 por ciento de confirmación de que se trataba del líder de Al Qaeda.