"Nunca es demasiado tarde para hacer el bien", dijo el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, tras aceptar el pedido del italiano Fabio Cannavaro para que le hiciera entrega de la Copa del Mundo como capitán de la "azzurra" campeona en Alemania 2006, dos años después de lograrla.

"Presidente, quisiera pedirle algo para poner definitivamente fin a una historia. ¿Sería tan amable de entregarme hoy la Copa del Mundo", le preguntó Cannavaro a Blatter, quien pareció tragar saliva primero y luego cumplió con el pedido del zaguero durante una reunión en Florencia.

La escena del titular de la FIFA entregándole el trofeo esperó más de dos años, pues tras el triunfo ante Francia en la final del Mundial 2006, el 9 de julio en Berlín, fue el por entonces presidente de la UEFA, Lennart Johansson, quien tomó su lugar en la premiación.

Aquel gesto, que Blatter explicó después en una intención de evitar gestos de desaprobación hacia él del público alemán, fue atribuido por otros a la crisis que afectaba por entonces al calcio italiano, sacudido por un escándalo de corrupción relacionado con arreglos de partidos.

Cannavaro, que sorprendió a todos con su incómodo pedido a Blatter, aseguró después que "fue algo que se me ocurrió ayer por la noche", al descartar que haya sido un gesto premeditado.

Como devolución de gentilezas, Blatter recibió después una camiseta "azzurra" con su nombre estampado sobre un número 9 y con una estrella adicional bordada en el frente para conmemorar la Copa del mundo (cuatro en total) lograda en Alemania, diseño que Italia lucirá cada vez juegue.

"Yo no debería simpatizar con selección alguna, pero estoy seguro de que ustedes, los jugadores, tendrán un estímulo adicional con esta estrella bordada en el pecho, durante las eliminatorias europeas al Mundial de Sudáfrica", completó Blatter.