Señor director:

Con el patrocinio de una universidad chilena se ha inaugurado "Bodies, the exhibition", que expone 16 cadáveres humanos reales y más de 200 órganos preservados especialmente para evitar su descomposición. Tal como ocurrió en su primera presentación en Chile y en cada lugar donde se ha exhibido, han existido importantes cuestionamientos éticos.

En primer lugar está el respeto a los cadáveres tanto en la forma en que son exhibidos, como en el comportamiento del público que asiste al espectáculo. En segundo lugar, reconociendo el derecho que tiene cada persona a disponer de su cuerpo, incluyendo la donación a fines educativos y científicos, es necesario establecer si fueron donados con fines comerciales, como sería esta muestra. Por último, y la duda más relevante que ha perseguido esta exhibición, se refiere al origen de los cadáveres.

Tal como menciona en su página web la empresa Premier Exhibitions, dueña de la muestra, los cadáveres corresponden a ciudadanos o residentes chinos, y fueron obtenidos a través de la Policía China. Esta "puede recibir cuerpos de prisioneros chinos", desligando su responsabilidad de la verificación de que los restos no correspondan a personas ejecutadas.

Un estándar mínimo para patrocinar este tipo de muestras es tener la certeza de que los cadáveres han sido donados para esos fines y que no correspondan a situaciones de violaciones a derechos humanos. Es importante que tanto los responsables como los patrocinadores de la muestra aclaren las circunstancias en que fueron obtenidos esos cadáveres.

Aclarando estos aspectos esenciales, el uso de cadáveres plastinados cumple un importante rol docente, no solo para estudiantes de carreras de la salud sino también para público general, que puede llegar a comprender aquello que suele estar reservado a unos pocos: la maravilla del cuerpo humano.

Sofía Salas Ibarra

Facultad de Medicina UDP