A partir del 1 de enero de 2018 ya no es legal comprar o vender marfil en China, el consumidor más grande de este material en el mundo.

Las razones del gigante asiático están fuertemente motivadas por el daño al ecosistema que la compra y venta del marfil estaba causando. De hecho, cerca de 30 mil elefantes africanos eran asesinados todos los años para recolectar el marfil de sus cuernos.

De acuerdo a la World Wildlife Fund (WWF), los efectos que el comercio de marfil ha tenido para la especie son catastróficos. Dentro de estos últimos cien años, la población de elefantes salvajes ha caído desde 5 millones a sólo 415 mil sobrevivientes. Esto está en parte explicado por la caza directa de los animales, así como los efectos que ésta tiene para el medioambiente en el que se desarrollan los elefantes africanos.

A través de un comunicado, la vicepresidenta de WWF, Ginette Hemley, aseguró que "en futuras décadas, miraremos este día como uno de los más importantes en la historia de la conservación de elefantes. China ha cumplido una gran promesa al mundo, ofreciendo esperanza a la población de elefantes".

Además, Hemley apuntó a nuevas investigaciones que demuestran un amplio apoyo al fin del comercio de marfil entre los consumidores chinos. Sin embargo, Hemley señaló que "el conocimiento sobre esta nueva ley es bajo y el deseo aún persiste".

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Por último, Hemley comentó que si bien esta prohibición no va a terminar con el comercio de marfil de elefantes por sí misma, "es igualmente importante que los vecinos de China sigan el mismo camino y cierren definitivamente el mercado de marfil a lo largo de toda Asia".

"El futuro de los elefantes africanos depende del rechazo global al comercio de marfil", puntualizó Hemley.

El gobierno chino anunció programas de apoyo y ayuda a todos los trabajadores que hasta hoy se las valían del marfil para sobrevivir. El ministro de Cultura aseguró que, por ejemplo, a los maestros talladores de marfil se les buscará empleo en museos o enseñándole a otros la historia del arte de tallar. Pero por ahora, ese oficio se quedará ahí; en la historia.