Buena y mala suerte
Según la Real Academia, la suerte vendría siendo un "encadenamiento de sucesos considerado como fortuito o casual". Claro que ese encadenamiento puede ocurrir para bien o para mal de las personas. Y como hacemos con todo lo que está fuera de nuestro control, intentamos darnos una explicación o una teoría que nos permita atraer la buena suerte y, por supuesto, alejar la mala.

Según la Real Academia, la suerte vendría siendo un "encadenamiento de sucesos considerado como fortuito o casual". Claro que ese encadenamiento puede ocurrir para bien o para mal de las personas. Y como hacemos con todo lo que está fuera de nuestro control, intentamos darnos una explicación o una teoría que nos permita atraer la buena suerte y, por supuesto, alejar la mala.
Así, entonces, hay quienes estiman que el lugar de nacimiento es un indicador de la fortuna. Otros, en cambio, se aferran a objetos más personales (¿no tiene usted una "camisa de la suerte", por ejemplo?). También hay quienes creen que la suerte la manejan espíritus ancestrales a los que habría que agradar con cierto tipo de rituales para que ellos decidan beneficiarnos con la fortuna. De la misma forma, están los más racionalistas, que señalan que todo es cosa de probabilidades y que eso de la suerte es sólo un razonamiento pobre o un pensamiento ilusorio.
¿Y a qué viene esta disquisición? Pues a que ayer se realizó el sorteo de los grupos para el Mundial de Sudáfrica y muchos apelaban a la suerte para que a Chile le tocara un grupo accesible y así poder pasar a las instancias finales del evento. Y todo indica que así fue (¿buena suerte?). Pero claro que, en una de esas, podríamos enfrentarnos a Brasil en la segunda ronda (¿mala suerte?).
En todo caso, los amantes chilenos del fútbol debieran haber aprendido este año que la suerte, en general, se la forja uno mismo. Y que, exceptuando sorteos del Kino, la fortuna depende de uno. (PGA)
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