Histórico

Cambio drástico en sistema de salud previsional

La reforma presentada supone un giro respecto del sistema actual, al introducir una prima básica financiada por las personas que tienen bajo riesgo de enfermarse. <br>

EL GOBIERNO ha presentado un proyecto de reforma a los seguros privados de salud que pueden ser contratados con las cotizaciones obligatorias que efectúan los trabajadores. Las isapres  pueden dejar fuera de cobertura los gastos que deriven de enfermedades o riesgos preexistentes al momento en que el seguro se contrata, y han estado autorizadas para diferenciar las primas cobradas según el riesgo de salud del asegurado, considerando elementos como edad y sexo. En un sistema que tarifica según riesgo de salud y con movilidad de afiliados entre planes e isapres, los afiliados a un plan, que van incrementando sus riesgos de salud por edad o por problemas de salud sobrevinientes, se ven enfrentados a  través del tiempo a primas crecientes. La crítica a las isapres por no garantizar una prima estable ha llevado a restringir la diferenciación de primas según riesgos, entrabando así un elemento esencial para que opere según su lógica el sistema actual. Junto a esto, la posibilidad de migrar entre sistemas, que permite afiliarse al sistema de isapres a personas con bajo riesgo de salud, porque al aumentar su riesgo de salud pueden ir (o volver) al sistema público, es otro motivo de críticas, pues sería una vía por la cual la actual operatoria del sistema de isapres impone costos financieros al sistema público.
En el proyecto presentado por el gobierno, todos los afiliados al sistema de seguros privados se integrarían en una misma población a asegurar frente a un conjunto establecido de riesgos de salud (y con cobertura de riesgos catastróficos). El costo de atender a toda esa población, expresado como un monto por persona asegurada, sería la prima básica a pagar para cualquier persona afiliada al sistema. Los recursos recaudados por el cobro de esa prima básica serían distribuidos entre las isapres en proporción al riesgo de salud de los afiliados a cada una de ellas. Cada afiliado tendría la seguridad de que, independiente de cambios en su situación de salud o edad, mantendría acceso de por vida a las prestaciones comprometidas, a un precio que no se altera salvo por los factores de costo o tecnológicos que determinan la prima básica.
Esta propuesta cambia drásticamente el tipo de seguro privado de salud al que pueden ser destinadas las cotizaciones obligatorias de los trabajadores. En el esquema propuesto, todos los asegurados pagan la misma prima básica (ajustable) a través de la vida y de diferentes estados de salud, lo que mejora sustancialmente el grado de aseguramiento, como consecuencia de que las personas con bajo riesgo de salud subsidiarán a quienes representan riesgos elevados. La posibilidad de que las isapres compitan, mejorando calidad o bajando las primas cobradas respecto de la prima básica, mantiene el espacio para que se manifiesten las bondades de un sistema basado en entidades privadas competitivas.
El nuevo sistema de salud previsional privado enfrenta el riesgo de que afiliados de Fonasa que representan un alto riesgo de salud migren hacia el sistema reformado, atraídos por una prima básica percibida como suficientemente baja. La atracción de estos "malos riesgos" llevaría a mayores costos de la prima básica en la salud previsional privada. Si esto fuese un factor desequilibrante no sería motivo para revertir la reforma, sino para integrar también en torno a la modalidad competitiva propuesta a la población que cotiza y accede a subsidios en Fonasa.

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