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Carolina Rodríguez, entre combos y pataditas

La campeona mundial compatibiliza su embarazo de ocho meses con el boxeo: entrenamiento controlado, como piden los especialistas. También dicen que toda mujer encinta debe hacer ejercicio.

Claudio Pardo sí que es un compañero para Carolina Rodríguez, Su entrenador y padre de su primer hijo es ahora también el principal preocupado del bienestar del retoño, aún en el vientre materno por un mes más. Un bebé que ya debe saber a qué se dedica su madre, pues la ha acompañado a entrenamientos.

Sí, Crespita Rodríguez no ha detenido sus prácticas, aunque tenga ocho meses de embarazo. Aunque lo suyo sea el boxeo, el asunto no asusta a sus cercanos, responsables de la salud de ambos; de hecho hasta recomiendan ejercitarse mientras se está encinta.

Rodríguez subió videos a la web de sus prácticas y en algunos parece que golpeara con fuerza. La misma púgil aclara: "Esto no es peligroso, si no, no lo haría, Sería una enferma mental si me pusiera a tirar combos y fuera peligroso. Esperamos lo que dicen, 12 semanas, para que la guagüita se afirmara. Y tampoco lo hacemos todos los días", asegura la boxeadora.

El método es validado por los doctores. "Todo es bajo prescripción médica, puedo hacer boxeo porque no tengo la musculatura ni el físico de alguien que no hace deporte o lo hace una hora al día, yo vengo con otro físico, de deportista de alto rendimiento", dice la Crespa.

El doctor César Kalazich, especialista en medicina deportiva de la Clínica MEDS, comenta que "el deportista de alto rendimiento, al tener más capacidad aeróbica, mejor fitness, musculatura, en general puede continuar haciendo ejercicio bajo una supervisión estricta del obstetra hasta bien avanzado el embarazo, si es que no presenta contraindicaciones con el feto o la madre".

Coincide el preparador físico Claudio Basualto, de la Clínica Las Condes: "Una persona que hace trabajo físico debe hacerlo toda la vida, lo que me causa preocupación al ver el video es la intensidad con que lo desarrolla, porque la musculatura pélvica (que encaja los bebés) tiende a tener una dilatación después de los ocho meses, puede generar un adelanto del parto. Así mismo, la frecuencia cardíaca sube, si ella llega a 120, el feto a 160".

Esos elementos están cubiertos por el equipo médico de la deportista. "Obviamente, no puedo hacer combate ni recibir golpes, lo que hago es tirarlos y a una menor intensidad, a un ritmo cardíaco de no más de 140 pulsaciones por minuto, por eso trabajo con un pulsómetro. Estoy con una kinesióloga especialista en embarazos, Alejandra Sanhueza, que se preocupa del suelo pélvico. Y el permiso del médico, que me dijo que no puedo hacer rebotes, no salto, y las patadas no las doy, sólo las marco".

La primera en felicitar a Rodríguez fue Claudia Vera, la karateca que compitió y entrenó en 2013 tres meses sin saber que estaba embarazada. "Me asusté cuando supe, yo entreno contra hombres, recibo golpes, caigo... pero cuando comprobamos que todo iba bien, volví a los entrenamientos", recuerda Vera.

Vera, la presidenta de DAR Chile, agrega: "Los médicos del CAR me dijeron que si llevo 13 años entrenando, todas las paredes musculares hicieron un escudo. Cuando me enteré, bajé a un tercio la cantidad de entrenamientos, cuidando la temperatura y con un pulsómetro, para mantener a no mas 160 pulsaciones ni más de cinco segundos, porque mi deporte es anaeróbico". Vera entrenó hasta una semana antes de dar a luz y los retomó 38 días después.

"Algunos estudios hablan que el embarazo aumenta la capacidad aeróbica y la condicion muscular. Los doctores recomiendan ejercicio aeróbico y muscular moderado a las embarazadas, pues disminuye la diabetes gestacional, las enfermedades hipertensivas e impide que las embarazadas se vuelvan obesas", comenta el doctor Kalazich.

El facultativo agrega otro elemento: el sicológico. "En las atletas de elite, el deporte constituye su vida y quitárselos es complejo. Los problemas del ánimo le generan problemas circulatorios a la placenta, por ejemplo".

La púgil lo reafirma. "Soy deportista, entrenaba seis horas al día y parar también influye en mi parte emocional y eso también le hace mal al bebé. Si estoy contenta, el bebé también", dice. En los entrenamientos ha sentido más de una patada, ésas que no duelen, sino se disfrutan.

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