Carrera veloz y limpia en el primer encierro de los sanfermines de 2010
No se registraron heridos por asta de toro y dos personas fueron llevadas al hospital por heridas leves.
Los toros de la ganadería de Peñajara inauguraron hoy en Pamplona (norte de España) los encierros de la popular fiesta de los sanfermines 2010 con una veloz carrera en la que, fuera de las habituales caídas, no hubo heridos por asta de toro y sólo dos fueron traslados al hospital por heridas leves.
Numerosos corredores se dieron cita en los diferentes tramos de la carrera para participar en el esperado acto, que se desarrolló bajo un soleado cielo y con la nobleza de los "peñajaras", que corrían hoy el segundo encierro de su historia, como principal característica.
Tras los tres tradicionales cánticos para pedir protección a San Fermín, en el día grande de las fiestas, el cohete anunciador estalló puntualmente en el cielo pamplonés a las ocho de la mañana (06.00 GMT), si bien los astados se resistieron durante algunos segundos a abandonar los corrales de Santo Domingo.
Los cabestros encabezaron una carrera que, en esos primeros metros, transcurrió de forma limpia y sin incidentes destacables, aunque al final de la cuesta una res de color castaño se adelantó tras ganar posiciones a sus hermanos, de los que sin embargo no llegó a separarse.
También de forma limpia rebasaron la plaza del Ayuntamiento de Pamplona hasta llegar a Mercaderes, cuya curva fue salvada sin problemas demostrando su efectividad el líquido antideslizante vertido en los últimos días en el adoquín.
Con dos cabestros de nuevo en cabeza, la manada enfiló la famosa calle Estafeta sin crear excesivo peligro, pero sí momentos de lucimiento para los mozos, que pudieron aprovechar los huecos que el grupo dejaba a su paso.
Al final de este tramo se produjo uno de los instantes de mayor peligro de la carrera al formarse un pequeño montón de jóvenes que cayeron al suelo sin que los toros hicieran nada por ellos.
Estirados siguieron también los animales por Telefónica y el callejón de acceso a la Plaza de Toros, a cuya entrada uno de los astados resbaló las manos aunque inmediatamente siguió la estela de sus hermanos hasta entrar en los corralillos del coso.
En total, transcurrieron poco más de dos minutos y veinte segundos desde el inicio de la carrera, en la que ningún corredor resultó herido por asta, según las primeras informaciones facilitadas a EFE por los servicios sanitarios, que constataron el traslado de dos heridos a los hospitales.
Los sanfermines congregan cada año por estas fechas a cientos de miles de personas, muchos de ellos visitantes de todo el mundo, que acuden a Pamplona a disfrutar de las fiestas españolas más internacionales.
Parte de la fama universal de los sanfermines se debe a las referencias sobre esa fiesta que recogió el escritor Ernest Hemingway (1899-1961) en crónicas periodísticas y novelas.
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