Chicago es una ciudad donde el básquetbol tiene nombre y apellido: Michael Jordan. En sus calles, millones de niños sueñan con las hazañas del ex escolta de los Bulls. Uno de esos jóvenes, seguramente, era Charles Rosenberg, quien creció escuchando y viendo la leyenda de quien ha sido reconocido como el mejor deportista del siglo pasado.

Claro, en el país del básquetbol, no basta con ser bueno. Hay que estar sobre la media y más. Y Charles lo supo bien, como uno de los jugadores más importantes de la North Central College Cardinals, cuadro de la tercera división de NCAA de Estados Unidos. Hoy, con 24 años, Rosenberg sigue soñando con ser el mejor de su deporte, aunque el escenario es muy distinto al primer mundo de su disciplina, no por eso menos valioso para él. Porque el alero lleva en su sangre los genes chilenos que le traspasó su madre.

Deportes Valdivia, el campeón defensor del básquet criollo, apuesta fuerte por este jugador de 1,97 metros, a quien presenta este año como una de sus principales incorporaciones. Justamente lo trae desde Universidad de Concepción, escuadra a la que le ganó la última final de la LNB. "Conocí Santiago cuando era muy niño, pero nunca se me pasó por la cabeza jugar acá. Pero ya me encanta el ambiente que se vive acá", cuenta a El Deportivo.

Se incorporó al plantel valdiviano hace menos de una semana (el sábado anotó 11 puntos frente a Ancud) y comenzó las prácticas de inmediato al mando del DT argentino, Manuel Córdoba, para afrontar, además de la defensa de la corona, la Liga Saesa y la Liga Sudamericana de Clubes: “Esto va a ser muy bueno para mi carrera, porque acá en Chile se trabaja muy duro. Sentí mucha envidia cuando estuve jugando acá (por la UdeC), el coliseo estaba lleno. Acá son súper locos”.

El nuevo integrante del campeón del basquetbol nacional inicio su carrera en el último año de universidad, donde estudiaba economía. “Cuando me estaba acercando a la graduación, yo sabía que necesitaba un trabajo y ganar plata. Mi papá trabaja en oficina todos los días, de 9 a 5 y yo sabía que no quería hacer eso. Como no tenía muchos planes, decidí entrenar mucho y volverme profesional”, explica.

“En mis últimos meses de universidad entrené muy fuerte y un amigo que juega en España me ayudó con su agente y así Pablo Ares (ex técnico de la U de Concepción) me contactó un lunes y el miércoles ya estaba en Chile”, relata Rosenberg sobre su repentino arribo a los cestos chilenos, hace menos de un año.

En el país del norte, obviamente, el nivel del juego era diferente. “Me costó mucho acostumbrarme, No sabía que venía a una liga profesional y más encima una liga buena, con buenos jugadores, fue toda una sorpresa. Conocí un estilo de juego diferente, empecé a jugar más en equipo, mis compañeros me enseñaron mucho”, comenta Rosenberg.

Luego de 36 partidos y 614 minutos con los penquistas, Charles está listo para su segunda experiencia en Chile, en el CDV. El sábado debutó en la Liga Saesa con los colores del cuadro ribereño.