Científicos revelan cómo reaccionan tus emociones a los distintos tipos de alcohol
Una investigación a 30 mil personas afirma que nuestras emociones reaccionan de manera diferente a las bebidas alcohólicas: el vino nos relaja, la cerveza nos da confianza, el vodka nos energiza y el whisky nos pone agresivos, entre otros.

"¿Somos o no somos amigos?" quizá la clásica frase dicha por quienes hayan bebido más de la cuenta tenga algo de sentido, después de todo. Así lo afirma un estudio del Public Health Wales NHS Trust que indagó en las formas en que los distintos tipos de alcohol influyen en nuestras emociones.
La investigación, basada en el Global Drug Survey, involucró a 30 mil personas de entre 18 y 34 años en 21 países, descubriendo que los bebedores tienen respuestas emocionales muy distintas dependiendo de la bebidas alcohólicas que consuman. Así por ejemplo, beber vino tinto provoca relajo y cercanía con el sexo opuesto (aunque también nos podemos poner tristes y cansados), mientras que el whisky y el vodka aumentan la energía y la agresividad.
Otros como la cerveza, aumentaron la relajación y la confianza, y el vino blanco provoca un impacto similar al vino tinto, pero menos pronunciado. Las llamadas "bebidas espirituosas" como los aguardientes o licores (provenientes de un proceso de destilación independiente de su materia prima y forma inicial) se vinculan a sentimientos de agresión e inquietud, pero también nos dan confianza y energía.
"Comprender las emociones asociadas con el consumo de alcohol es imprescindible para abordar el abuso, proporcionando información sobre qué emociones influyen en la elección de bebida entre los diferentes grupos de la población", afirmaron los autores del estudio.
"Durante siglos, la historia del ron, el gin, el vodka y otros se ha visto envuelta en episodios de violencia", explican.
El estudio global sugiere que incluso hoy en día las bebidas espirituosas antes mencionadas son más proclives a sentimientos de agresión, más que otras bebidas, señalan.
La investigación indica que el alcohol en sí mismo es químicamente idéntico, independientemente de la bebida en la que se encuentre. Es por ello que la forma en que las personas beben tiene un vínculo directo con las diferentes respuestas emocionales. Así, bebidas como el aguardiente, licores o amargos a menudo se consumen más rápidamente y tienen concentraciones mucho más altas de alcohol, lo que puede dar como resultado un efecto estimulante más rápido a medida que aumentan los niveles del líquido en la sangre.
"A medida que la gente aumenta la escalada de los niveles de alcohol, esto mismo provoca una reducción de la capacidad del cerebro para suprimir los sentimientos impulsivos o considerar las consecuencias de sus actos", explican.
También hay un factor importante en las ideas preconcebidas que se tiene sobre las bebidas: por ejemplo, si se bebe vino tinto para relajarse, probablemente terminemos más relajados, y si bebemos vodka para una fiesta, probablemente terminemos sintiéndonos energizados.
Otro punto a destacar es el márketing, ya que "hay contenido en la promoción del alcohol que sugiere que las personas obtendrán las respuestas emocionales positivas buscan", afirman los autores del estudio.
Además, la investigación asegura que vale la pena considerar los compuestos aparte del alcohol en las bebidas. "Aunque son parte de la diferencia en el sabor, se ha prestado poca atención a los otros efectos que puedan tener en el bebedor", señalan.
Fuente Newsweek, Public Health Wales NHS Trust
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