Clase 3: Oportunidades en un enfoque de ciclo cerrado Curso: Oportunidades para el Desarrollo
<b>Profesor: Pablo Muñoz</b><br>Bajada: En lugar de tratar de minimizar el daño que infligimos con nuestros procesos, el enfoque de ciclo cerrado replantea el diseño como fuerza regenerativa beneficiosa, que busca crear huellas ecológicas restauradoras en lugar de destructivas. Se enfatiza que todos los productos pueden ser diseñados para la recuperación y reutilización continua como nutrientes biológicos o técnicos dentro de estos metabolismos.<br>
Cada decisión estratégica generará necesariamente alguna externalidad. Lanzar, por ejemplo, un producto nuevo al mercado conlleva abastecimiento, fabricación, distribución, consumo y disposición final. Lo que habrá quedado en el camino son, entre otros, recursos naturales no renovables consumidos, CO2 liberado desde la fabricación y transporte, energía invertida en la transformación de materia en producto terminado y envases en vertederos o, en el mejor de los casos, en una planta de reciclaje que requiere a su vez energía para volver a incluir esa materia prima en la cadena de producción.
Cada una de estas etapas del ciclo de vida puede ser entendida como oportunidades en sí mismas, tanto para el incremento de la eficiencia operacional o, mejor aún, para el desarrollo de capacidades que permitan encontrar nuevas trayectorias de crecimiento para la empresa.
Diseño ecológicamente inteligente
La idea de Ciclo de Vida Cerrado, o enfoque "cradle-to-cradle" fue introducida por William McDonough y Michael Braungart en 2002. En el libro "De la cuna a la cuna: Rehacer la forma en que hacemos las cosas" hacen un llamado a la transformación de la industria humana mediante el diseño ecológicamente inteligente. Para los autores, la industria y el medio ambiente no son contrarios ni enemigos, sino que, combinándose, pueden ofrecer oportunidades para mejorar la gestión del consumo en beneficio de las empresas, pero también de las personas y del planeta.
A través de estudios de caso sobre su propio trabajo, delinearon un nuevo paradigma de diseño y una visión para una nueva revolución industrial. El diseño de negocios en ciclo cerrado toma los procesos seguros y productivos de metabolismo biológico de la naturaleza como modelo de referencia para el desarrollo de un metabolismo técnico para materiales industriales. Enfatizan que todos los productos pueden ser diseñados para la recuperación y reutilización continua como nutrientes biológicos o técnicos dentro de estos metabolismos.
Cradle-to-Cradle nos invita a replantear el marco de condiciones que dan forma a nuestros diseños, incluidos los diseños de negocios. En lugar de tratar de minimizar el daño que infligimos, el enfoque de ciclo cerrado replantea el diseño como fuerza regenerativa beneficiosa que busca crear huellas ecológicas no destructivas sino restauradoras. Así, amplían la definición de la calidad en el diseño e incluyen los efectos positivos sobre el bienestar económico, ecológico y social.
Cradle to Cradle rechaza la idea de que el crecimiento es perjudicial para la salud ambiental; principalmente porque, después de todo, el crecimiento de la naturaleza sí es bueno. En su lugar, promueve la idea de que un buen diseño es compatible con la experiencia humana, al tiempo que respeta los ecosistemas y favorece la creación de riqueza.
En su esencia, este marco conceptual plantea la necesidad de una mejora constante y de pasar de generar soluciones simplemente "menos malas" (vía incremento de eficiencia) a soluciones definitivamente positivas. Los cinco principios fundamentales del enfoque de ciclo cerrado Cradle to Cradle son: bienestar material, reutilización de materiales, energía renovable, manejo del agua y equidad social.
La eco-eficiencia es una filosofía de gestión de empresa que invita a los negocios a buscar mejoras ambientales, las cuales producen en paralelo beneficios económicos. Se buscan soluciones que minimizan el consumo de recursos o desechos. La socio-eficiencia, por su parte, sigue una lógica similar. Se refiere al compromiso continuo del negocio a comportarse de forma ética y contribuir al desarrollo económico, al tiempo que mejora la calidad de vida de sus trabajadores, la comunidad local y la sociedad en general.
La eficiencia es, sin duda, un buen negocio, pero no suficiente.
Las prácticas de negocio deben ir más allá del control de emisiones, y socio y eco-eficiencia. Se argumenta que al incorporar en la ecuación un enfoque de eficacia y objetivos definidos de manera positiva sobre la base de valores y principios de ciclo cerrado, seremos capaces de generación de la innovación y liderazgo suficiente para construir una huella positiva.
¿Cuáles son las claves del diseño de ciclo cerrado?
El objetivo es establecer un rumbo positivo para el diseño y desarrollo de productos y procesos, de manera que permita a los sistemas naturales y empresariales apoyar la diversidad de vida en la tierra. El diseño de negocios en ciclo cerrado imita la sana y regenerativa productividad de la naturaleza, donde se considera a los materiales como activos, no pasivos.
En la naturaleza no existe el concepto de residuos o basura. Todo constituye un alimento para otro organismo o sistema, donde los materiales son reutilizados en ciclos seguros. No existe bioacumulación de materiales que puedan conducir a cambios irreversibles. En este contexto, el diseño de soluciones de negocio se puede conseguir en base a tres principios clave:
1. Eliminar el concepto de residuos: Todos los materiales son vistos como potenciales nutrientes en uno de los dos ciclos: técnicos y biológicos. Se diseñan materiales y productos que son efectivamente "alimento" para otros sistemas, que además son seguros, y cuyo sistema de manejo de nutrientes deje un legado económico, ambiental y social beneficioso. También implica gestionar los afluentes y corrientes de agua de manera responsable.
2. Utilizar energías renovables: Energía procedente de fuentes renovables como la solar, eólica, hidráulica, biomasa, células (cuando no está en competencia con el suministro de alimentos), geotérmicas y de combustible de hidrógeno es fundamental para el diseño eficaz.
3. Priorizar la diversidad: implica utilizar la equidad social para guiar las operaciones de la empresa y relaciones con los stakeholders o grupos de interés, fomentar la participación del personal en proyectos de investigación y de diseño creativo, potenciar la diversidad tecnológica y apoyar la biodiversidad local, entre otras.
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