Conoce el arduo trabajo para crear las pruebas de Mundos Opuestos
Tras las cinco competencias semanales hay tres creativos más un asistente y 20 maestros, que dan vida a los juegos. Este es el reality en que más pruebas ha debido preparar.
Aunque Mundos Opuestos salió al aire recién el 15 de enero, ya desde noviembre un grupo de personas trabajaba sin cesar para desarrollar las pruebas que más tarde harían los participantes, competencias que, por primera vez en la historia de los realities chilenos, se hacen cinco veces a la semana.
Es por ello que el equipo de creadores -formado por los productores Cristián López, Juan Manuel Calles, Andrés Venegas y el asistente Camilo Chávez- ya ha ideado más de 60 pruebas. Y, si no se alarga más el exitoso programa, aún quedan otros tres meses -alrededor de otras 60 pruebas- por idear y desarrollar, algo que para ellos no parece ser mayor.
Según cuenta López, quien ya trabajó en los realities La Granja, La Granja VIP, Granjeras, 1810, 1910 y Año 0 -cada semana tienen una reunión que dura entre tres y cuatro horas con el director del espacio, Mirko Morán, para mostrarles las pruebas a construir.
Pero antes de construirlas hay una serie de factores a considerar. Como explica el productor general, Juan Pablo Planas, se toma en cuenta el presupuesto disponible, el nivel de dificultad del desarrollo desde el punto de vista técnico y la distinta complejidad de las pruebas: pues hay diferencias entre los duelos, las competencias por equipo, la inmunidad, las de bienestar y las de salvación.
De hecho, una de las principales preocupaciones del equipo es, como cuenta López, que en caso de las competencias tanto grupales como los duelos, "sean justas para ambos competidores, para no privilegiar a ninguno". A esto, Planas agrega que esa es la idea de hacer competir a personas del mismo género en las pruebas personales y que también se considera el que los hombres pueden hacer más pruebas de fuerza que de habilidad, por ejemplo.
Una vez que las pruebas se constuyen, labor que le corresponde al equipo de creación y una veintena de maestros en dos turnos, se dedican seis días a la semana para la segunda etapa: probar cada juego.
SEGURIDAD ANTE TODO
Los últimas mejoras se hacen una vez que el equipo realiza cada prueba como si fueran los participantes del reality. La razón de ello es cersiorarse de si realmente funcionan y preocuparse de cada detalle que pueda implicar una falla o un problema de seguridad: los concursantes usan toda su fuerza y velocidad al participar, por lo que es fácil que incluso el canto de una madera les cause una lesión. Y la idea es evitarlo.
Para emular la intensidad que desplegarán los miembros del reality, tanto el equipo creador de las pruebas como los maestros que las montaron hacen apuestas, para así esforzarse al máximo para ganar. "La idea es que no tengamos ningún accidentado, porque esto nos juega en contra del programa", asegura López.
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