Crítica de cine: Contando a mis ex
<br>

Las 'chick flicks' se refieren a ese subgénero de comedias románticas en donde tenemos a una mujer como protagonista. Generalmente, la chica se ve envuelta en problemas y, cuando menos lo espera, aparece el macho –casi siempre amigo hasta ese momento– a salvarle el día. Y de paso, se dan cuenta que son el uno para el otro. El subgénero es una fórmula hecha y rehecha porque funciona de acuerdo a un molde muy específico que está dirigido hacia un público ídem: mujeres. Y así como Meg Ryan, Drew Barrymore o Katherine Heigl (entre otras) han estado llevando últimamente la posta en estas lides. La más desconocida (aunque bastante más fresca) Anna Faris es la otra chica típica en este tipo de películas.
Ally Darling es una joven ejecutiva que repentinamente es despedida de su trabajo. Frustrada, decide hacer una lista con todos sus ex y darle una última oportunidad a cada uno de ellos. Lógicamente, todos están en otra y terminan siendo un fracaso para nuestra heroína. Mientras, su vecino mujeriego pasa a transformarse en su consejero y en su mejor amigo. El resto, la verdad, no es muy sorprendente y es bastante fácil de adivinar.
La idea de Contando a Mis Ex es otorgarle a la fórmula algunos ingredientes poco tradicionales como algo de desnudos y un par de chistes más bien vulgares a la mezcla. Pero no es suficiente. La Faris es lejos lo que más destaca en la película. Pasta de comediante tiene, pero claramente, el material que tiene no logra sacarle todo su provecho. Será para la próxima.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
3.