Día de los enamorados intenta ser la comedia romántica por excelencia, una suerte de lo que Magnolia fue para el drama. Por supuesto, no lo logra. Donde en aquella había diligencia y profundización, en ésta  encontramos un desorden y exceso sorprendentes, en especial viniendo de un artesano que ha entregado películas más bien potables en el terreno del romance y la comedia: tanto Mujer bonita como Frankie and Johnny se concentran en lo que realmente importa. Esta es la historia de muchas parejas estilizadas y hermosas en el día de San Valentín. Todas ellas, conectadas de una u otra forma, tratan de crear un caleidoscopio en el que las posibles combinaciones de relaciones y conflictos puedan ocurrir. Amor juvenil, adulto, gay, geriátrico (una desperdiciada Shirley McLaine); están los que no creen en el amor (y lo encuentran), los engaños... lo que quieran.
Son demasiados los personajes, lo que termina por quitarles fuerza a las mejores historias.  Si se hubiera concentrado en las buenas, podría haber resultado una película mucho mejor que esta producción que sólo encantará a los más pacientes. Aún así, seguro que se agotará el próximo 14 de febrero.