Cuando una tómbola elige a los estudiantes
El Colegio República de Costa Rica, en Ñuñoa, comenzó a usar este mecanismo para asignar las vacantes del nivel preescolar del 2016. Es uno de los establecimientos que ya se está preparando para los cambios que trae la Ley de Inclusión.
Actualmente, la Ley General de Educación (LGE) establece que hasta séptimo básico no se puede seleccionar a los estudiantes. El próximo año, con la entrada en vigencia de la Ley de Inclusión, se modificará la actual legislación y se agregarán los principios de no discriminación para todo el sistema. La nueva admisión, regida por el azar, comenzará a ser aplicada paulatinamente. En el Ministerio de Educación (Mineduc) se espera que el próximo año, en una región de menos de 300 mil habitantes, comience el nuevo sistema de postulación y que el 2017 se dé el primer paso para acabar con la selección en el sistema. Hoy, antes de que sea obligatorio, ya hay colegios que están moviéndose bajos los principios de esta ley.
Así, pasadas las 18.00 del 30 de junio, comenzó en el Colegio República de Costa Rica de Ñuñoa un sorteo en el que participaron padres de 43 niños. El establecimiento cuenta con prestigio, pues en el Simce de Matemáticas del año 2014 los alumnos de octavo básico obtuvieron un promedio de 294 puntos, 30 por sobre el promedio nacional de colegios con similar grupo socioeconómico.
En esta verdadera lotería, los padres tenían frente a ellos un librero mediano que actuaba como escritorio, que tenía encima una tómbola negra y una caja de madera, en la que se depositaban las pelotas cuando salía de la tómbola un número ganador. A medida que iban emergiendo las esferas, las expresiones de alivio comenzaban a aparecer en los rostros de algunos padres. Esto, porque cada número que salía de este aparato significaba que se había asignado un cupo para el prekinder del año 2016 en el establecimiento.
“Primero le asignaron a cada niño un número, después esos números los metieron en la tómbola. Iban sacando los números y diciendo qué niño iba quedando seleccionado. Para la gente era como ganar un premio, muchos estábamos nerviosos y las personas que no quedaron se fueron tristes, pero entiendo”, recuerda Jonathan O’Shee (36), padre de un niño de cuatro años que quedó seleccionado ese 30 de junio.
En total, el Colegio República de Costa Rica tiene casi 800 alumnos y abrió 43 vacantes para el nivel preescolar. Llegaron 80 postulantes y los primeros 23 cupos se escogieron privilegiando a los hermanos de los actuales alumnos, a hijos de funcionarios y a ex alumnos del mismo colegio. Así, el establecimiento decidió que los cupos que no se llenaran con estos requisitos se sortearían por tómbola para no discriminar, en la línea de lo que establece la Ley de Inclusión.
“Al principio me chocó mucho el tema de la tómbola, lo encontré muy frío y me preguntaba cómo era posible que una admisión seria usara una tómbola. Pero ahora pienso que es lo mejor y lo más justo. Es mejor un sistema que no asegure que se está discriminando a un niño tan pequeño por el resultado de una prueba o una entrevista y que tampoco dependa de los mismos niños”, asegura O’Shee.
Desde el establecimiento remarcan la justicia detrás del sistema. “La nueva ley eso es lo que nos indica: no se puede seleccionar, no hay que discriminar. Y no sólo eso, si no que hace un llamado a ser cada vez más inclusivos en la admisión y por eso es que habla de tómbola. Se puede ver como si fuera un juego, pero es lo único que nos faculta por ahora para poder asignar los cupos sin discriminar y con la mayor transparencia y justicia posible. A todos los padres se les informa antes como es el procedimiento. Es obligación que estén presentes en el sorteo y ellos mismos van viendo cómo se ejecuta el proceso”, explica Marco Zurita, orientador y encargado de convivencia del colegio, quien además está cargo de llevar adelante este mecanismo.
La tómbola será usada en la próxima admisión, aunque sólo en preescolar. “Por la alta demanda, en general quienes ingresan permanecen hasta el último nivel, que es octavo básico, por lo que no suelen abrirse cupos en cursos más avanzados. Si se abren, son una excepción”, señala la directora, Loreto Moreno.
“Estamos absolutamente superados por la cantidad de postulantes en la mayoría de los colegios y esto es por los buenos resultados a nivel comunal que tienen nuestros establecimientos. Eso conlleva un tema práctico que hay que resolver. El Colegio República de Costa Rica encontró en la tómbola el método para asignar los cupos, pero eso no significa que todo Ñuñoa haya optado por ese método. Cada director tiene la autonomía para decidir el mecanismo”, indica Raúl Fernández, director de Educación de Ñuñoa.
En esa línea, Oscar Vilches, director del Colegio República de Siria, explica que ellos también optaron por la no selección, por orden de inscripción en la web. “Evaluamos hacerlo por sorteo, pero al final lo descartamos porque eran muchos postulantes, más de 400 personas sólo para tres prekinder. El método se determina junto a la comunidad y los directivos, pero personalmente no me gusta la idea del sorteo y la tómbola, porque a iguales condiciones, siendo de la misma comuna, demuestra más interés el papá que pregunta, averigua y se inscribe primero. Me complica la tómbola, pero vamos a tener que mirar bien la ley y sus reglamentos y ver qué hacer”, asegura Vilches.
El Mineduc debe abrir el proceso de licitación para crear el software que se encargará de la nueva admisión sin selección, que en 2019 debe regir en todo el país para el primer nivel de enseñanza. Ñuñoa no es la única comuna que ya ha comenzado a adelantarse a esta vía de inscripción: en Providencia, el año pasado colegios con alta demanda implementaron un sistema así. También hay casos en Santiago.
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