Señor director:

Quienes estudiamos Ingeniería Comercial en la Universidad Católica hemos visto nuestra carrera cuestionada ante la inquietud de los medios por los casos Penta, Cascadas y de colusión. No compartimos que en la crítica a la relación con la UC se estén obviando los vicios del sistema y otros factores que influyen en el actuar de personas que ejercen cargos de alta influencia. De nuestra facultad hay muchos egresados comprometidos, trabajando desde el mundo público y el privado para resolver problemas sociales.

Aun así, en el rol formador hubo una falta por omisión: la facultad no se ha hecho plenamente responsable de nuestra formación como profesionales. Los estudiantes debiéramos aprender de lo que sucede en todos los sectores de la sociedad que se puedan ver afectados por nuestras decisiones. Esto pasa por tener instancias donde se acerque nuestro quehacer a la realidad nacional, donde esté presente la ética y exista mayor diversidad socioeconómica en nuestras aulas.

Desde hace unos años hemos empezado a ver algunos cambios aplicados -o al menos como propuestas- tanto de los estudiantes como del decano y las autoridades, antes que estallara la polémica en torno a la facultad. Esperamos que se transparenten dichos cambios, que son sobre todo porque asumimos parte de la crítica.

Aún falta reflexión y acción para entregar la formación que la sociedad exige, y en esos cambios, los estudiantes comprometidos con nuestra carrera seremos protagonistas.

Alejandra Benítez

Coordinadora General de  Involúcrate