Histórico

D-22 Alamar, el documental de los hijos del MIR

<p>La realizadora Macarena Aguiló, hija de un ex dirigente del MIR, trabaja en su filme sobre el Proyecto Hogares.</p>

A principios de los años 70, mientras en Chile el gobierno de la Unidad Popular daba sus primeros pasos y Fidel Castro visitaba el país, un grupo de arquitectos soviéticos diseñaba al este de La Habana uno de los proyectos inmobiliarios públicos más grandes del mundo. Emplazado a 20 minutos de la ciudad, el barrio de Alamar fue creciendo considerablemente con los años, llegando a albergar 300 mil personas en más de dos mil edificios prefabricados.

Hacia allá se fueron cientos de familias de jóvenes cubanos que abandonaban las casas de sus padres en los barrios de La Habana Vieja, Vedado o San Miguel. Desde 1974, el sector se transformó, además, en el lugar donde llegó la mayoría de los exiliados latinoamericanos a Cuba, entre los que se cuenta un millar de chilenos.

Cuando en 1980 un grupo de militantes del MIR decidió volver al país, en la llamada Operación Retorno, en el barrio de Alamar quedaron 60 de sus hijos al cuidado de 20 "padres sociales". La iniciativa, conocida como Proyecto Hogares consistía en velar por los chicos mientras sus progenitores luchaban contra el régimen de Pinochet.

Macarena Aguiló, que en ese  momento tenía nueve años, estuvo desde 1980 a 1984 alejada de sus padres, Hernán Aguiló y Margarita Marchi. Ahora, ella trabaja en la fase final de su documental D-22 Alamar, cuyo título hace refererencia a la dirección del inmueble donde vivió con sus "hermanos sociales". Tras cuatro años de trabajo y algunos apoyos de fondos internacionales y locales, Aguiló parece llegar a la fase final de la cinta. "Estaba en tierra de nadie, sin dinero para terminar. Pero ahora pretendemos acelerar el proceso final", explica la directora, que ganó 50 millones de pesos del Fondo Audiovisual. La idea es estrenar a fines del 2009, en el Festival de Documentales de Amsterdam, el más grande del mundo.

HIJA DEL RIGOR
Llegada al país en 1990, Macarena Aguiló afirma que D-22 Alamar es un filme biográfico, pero también de aliento colectivo. "Creo que mi experiencia fue positiva, pero en el documental hay de todo: casos buenos y malos. Se busca exhibir cómo los muchachos enfrentaron la vida después que acabó el Proyecto Hogares, si se volvieron con sus padres o no. Y están los puntos de vista de los padres, no siempre de acuerdo con  los hijos", explica Aguiló.

Reacia a dar más detalles de su producción -"no quiero contar algo en lo que hay tanta gente involucrada"-, Aguiló tiene en su biografía antecedentes que juegan en el territorio de la máxima crudeza.

A los tres años fue secuestrada por agentes de la DINA, que intentaban que su padre se entregara. Estuvo desaparecida durante 15 días en marzo de 1975 y posteriormente se supo que pasó por los cuarteles de Villa Grimaldi y por un hogar de Carabineros. Finalmente su abuelo paterno logró que la entregaran.

LA GUARDERÍA REVOLUCIONARIA
En el año 1979 se comenzó a gestar la llamada Operación Retorno, a cargo de la dirección exterior del MIR, comandada entre otros por Pascal Allende, Nelson Gutiérrez y Hernán Aguiló, padre de Macarena. Este último sería el más radical de los dirigente del movimiento que en los 80 se dividió en MIR Político, a cargo de Nelson Gutiérrez, MIR Histórico, comandado por Pascal Allende, y el MIR Militar, justamente a cargo de Aguiló.

En Cuba, el Proyecto Hogares era la cara familiar de la Operación Retorno. El gobierno cubano implementó alrededor de 20 casas para los niños y varios de ellos ingresaron a un colegio especial, con régimen de internado, que se llamó "Solidaridad con Chile". Acá asistieron también hijos de exiliados que no eran del MIR. La suerte fue disímil con los chicos y muchos perdieron a sus padres en la malograda acción que se estaba promoviendo en Chile.

En el documental Calle Santa Fe, de Carmen Castillo, se recogen testimonios de algunos padres e hijos  involucrados en el Proyecto Hogares, entre ellos el de Macarena Aguiló. Ella da a entender que a pesar de ser dejada por sus progenitores a los nueve años, se encuentra ahora en buenos términos con ellos. Sin embargo, en otros casos la experiencia fue totalmente distinta: hay uno que es particularmente sintomático y es el que habla de la cara fiera, implacable y dolorosa del Proyecto Hogares. En un momento determinado, una militante mirista recuerda lo que su hija le dijo al reencontrase con ella: "¡Mamá, mamá, por esta 'huevada' me dejaste!".

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