Descubren importante adaptación ósea de la cadena evolutiva
Los fósiles del pez de cuatro patas Tiktaalik, explicarían la transición entre la vida acuática y la terrestre en el mundo, debido a la adaptación de su cráneo a la superficie.
Los primeros animales que salieron del agua para colonizar tierra firme durante el periodo Devónico no sólo cambiaron las aletas por patas, sino que tuvieron que adaptar los huesos de la cabeza a la vida en superficie.
Así lo muestra un nuevo estudio de los fósiles del pez "Tiktaalik roseae" encontrados desde el año 2004 en la isla Ellesmere, en el archipiélago ártico canadiense, y que publica hoy la revista "Nature".
El equipo de investigadores, dirigido por los doctores Ted Daeschler, de la Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia, y Neil Shubin, de la Universidad de Chicago (ambas en Estados Unidos) examnió al detalle los huesos de la cabeza de este animal, que vivió hace unos 375 millones de años.
EL TIKTAALIK
El Tiktaalik era un pez depredador con características muy particulares, ya que tenía branquias, escamas y espinas en las aletas, pero con un cráneo, cuello, costillas y apéndices parecidos a los de los primeros animales con cuatro patas.
De hecho, es el animal que se encuentra en la base de la rama de la vida que dio lugar a todos los animales de cuatro patas, los tetrápodos, explicó Daeschler.
Mitad pez, mitad tetrápodo, el Tiktaalik se considera un fósil de transición entre la vida acuática y la vida terrestre. De grandes dimensiones se calcula que medía entre 1 y 2,75 metros, con la cabeza y el cuerpo planos, habría vivido en aguas poco profundas y que quizá salía a tierra firme durante cortos periodos de tiempo.
Según Jason Downs, autor principal del estudio e investigador de la Academia, las características del cráneo de los animales terrestres fueron las primeras adaptaciones a la vida en aguas poco profundas. Son la caja craneana, el paladar y los arcos branquiales del Tiktaalik, dice, los que ayudan a definir cómo se fueron produciendo esos cambios.
ADAPTACION OSEA
Unos cambios complejos que condujeron a una completa reestructuración de los huesos de la cabeza y la relación entre ellos. El ejemplo más claro es el de la pieza que en peces conecta la caja craneana, el paladar y las branquias y coordina los movimientos para comer y respirar.
Con el cambio de hábitat, el hueso hiomandibular se fue reduciendo y perdió su función original. En los humanos y el resto de mamíferos, el hiomandibular se ha convertido en el estribo, una de las piezas de la cadena de pequeños huesos del oído.
En el peztetrápodo "la parte ósea del hipermandibular se ha reducido enormemente respecto a su condición original", una disminución que, según Downs, "podría indicar que estos animales, en un entorno acuático poco profundo, ya empezaban a depender menos de la respiración branquial".
Junto con el hiomandibular, en el Tiktaalik también los huesos rígidos que cubren las branquias en los peces, se habían reducido espectacularmente, un cambio que le permitía mover mejor la zona del cuello.
"Una ventaja en sitios donde el cuerpo está relativamente fijo, como es el caso en aguas poco profundas o en tierra", explica Farish Jenkins Jr., biólogo evolutivo en la Universidad de Harvard en Estados Unidos y coautor del estudio.
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