Histórico

El 73% de los niños nació fuera del matrimonio, la cifra más alta de la historia

Según el Registro Civil, de los 126 mil niños nacidos este año, 92 mil lo hicieron en esta condición, el porcentaje más alto desde que se tienen estadísticas. El organismo también indica que el 85% de estos menores son reconocidos por ambos padres, independientemente de su filiación.

En 2001, el porcentaje de hijos nacidos fuera del matrimonio superó, por primera vez, a los hijos nacidos dentro de esta institución con un 50,02%. Desde ese momento la cifra no paró de crecer y durante el primer semestre de este año el porcentaje llegó a un peak de 73%, según cifras del Registro Civil e Identificación.

“Según los registros de nuestro Servicio está es la cifra más alta, más allá de que las formas de hacer familia hayan cambiado”, señala Luis Acevedo, director del organismo.

Mauro Basaure,  director del Doctorado en Teoría Crítica y Sociedad Actual de la U. Andrés Bello, explica que la Ley de Filiación de 1998, que terminó con la desigualdad legal en que quedaba quienes nacían dentro y  fuera del matrimonio, es un factor que explica la cifra a la que llegó  Chile este año, pero no es el único.

“La ley vino a corregir una realidad”, afirma el investigador, quien recuerda que antes de la dictación de dicha ley, durante el gobierno de Eduardo Frei, ya existía un número importante de hijos nacidos fuera del matrimonio. El año anterior a su promulgación, de los 299 mil nacimientos registrados,  129 mil, es decir, poco más del 43% correspondía a este segmento.

Los números del Registro Civil, incluidos en el boletín  “Radiografía al Chile de Hoy: Registros 2016”, indican además que la cantidad de hijos no matrimoniales superan en más del doble a los matrimoniales, con 92.188 registros versus 34.733 en el primer semestre del año.

En este informe se destaca que el 85% de los hijos no matrimoniales son reconocidos por ambos padres. “Lo anterior indica que nacen más hijos fuera del matrimonio que dentro, sin embargo, ello no necesariamente implica una inexistencia de vínculo familiar”, señala el reporte.

A partir de las cifras, Basaure concluye que el matrimonio dejó de ser una institución hecha para la crianza. “Se separa crianza de matrimonio”, advierte.

El investigador agrega que tras la Ley de Filiación, que hizo desaparecer la concepción de hijo natural o ilegitimo, los ciudadanos ya no ven la necesidad de casarse para  tener hijos. “Casados o no casados nuestros hijos tienen el mismo derecho”, dice.

Gabriel Muñoz  abogado de la Corporación de Asistencia Judicial, explica que antes de la entrada en vigencia de dicha ley, un niño que nacía fuera del matrimonio solo tenía derecho a los alimentos que le permitieran mantenerse con vida, en el caso de una pensión, y la mitad de una herencia. “En materia hereditaria quedaron con los mismos derechos que los hijos matrimoniales”, explica Muñoz, quien agrega que la desigualdad de derechos en que se encontraban unos y otros tenía su origen en que la ley homologaba familia con matrimonio, en cambio hoy ya se reconocen distintas formas de familias.

Futuro del matrimonio

Sobre el matrimonio, la radiografía del Registro Civil señala que desde 2011, presenta una tendencia a la estabilización, algo similar a lo que sucede con el divorcio, permitido desde 2004 en Chile. Durante los seis primeros meses del año, se han celebrado 34.789 matrimonios, los que corresponden a poco más del 54% de todos los registrados en 2015.

“Nuestras cifras hablan claramente de una estabilización sobre todo en los últimos cinco años”, agrega Acevedo.

Basaure, quien además es investigador del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social,  dice que el matrimonio no está acabado como alternativa, está repuntando, asegura, pero no desde la posición de privilegio de antes. Explica, por ejemplo, que hoy las mujeres han retrasado su edad para casarse, en unos 10 años durante el último medio siglo.

Ricardo Neupert, demógrafo y ex consultor del Fondo de Población de Naciones Unidas, señala que en Chile está ocurriendo el mismo fenómeno de países desarrollados, donde las personas viven en parejas pero no se casan legalmente. “La tendencia es que la gente tienda a formar uniones de facto y formales”, explica el especialista.

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