Histórico

El Combate de La Concepción

El mensaje de La Concepción sigue presente; y no sólo nos habla de martirio. Nos revela y da señales potentes de deber cívico y de honor. Cada uno de nosotros debe rescatarlo y hacerlo suyo.

Hoy recordamos la gesta más heroica de la historia de Chile republicano: el Combate de La Concepción, librado en la sierra peruana el 9 y 10 de julio de 1882, por la 4ª Compañía del Regimiento Chacabuco, al mando del capitán Ignacio Carrera Pinto. 

Enfrentados a una muy desigual lucha, todos los combatientes chilenos, desde un principio, resolvieron resistir y no claudicar, pese a los sucesivos embates del adversario y a sus ofertas de rendición. Este episodio épico es el símbolo máximo del sacrificio y heroísmo nacionales. Y resulta más destacable aún, porque representa el paradigma histórico de la juventud chilena en una acción de guerra. 

En homenaje a estos héroes, caídos en el cumplimiento del deber, se instituyó esta fecha como el Día del Juramento a la Bandera, en que los soldados del Ejército se comprometen con la seguridad, defensa y paz de Chile. Para la sociedad es conveniente conmemorar estos actos gloriosos, porque los chilenos que ofrendaron sus vidas en La Concepción actuaron inspirados en elevados ideales que están plenamente vigentes.

¿Qué impelió a estos jóvenes a tal atrevimiento, con la certeza de la fatalidad que les esperaba? La Concepción debe concebirse como la consecuencia de una predisposición del carácter, cultivada en la educación de valores superiores, que marca la diferencia entre un acto temerario, de desprecio a la vida, y uno virtuoso, que conscientemente impulsa a los hombres a sobreponerse a la adversidad que enfrentan. 

Asimismo, en La Concepción se hacen presentes dos elementos determinantes para entender la resolución de los soldados chilenos: la enorme fuerza de la tradición de honor y el cumplimiento de la misión. Estos principios los llevaron a obrar en consecuencia con un pasado noble; uno que obliga en una determinada y recta dirección.

Como lo expresara Ignacio Carrera Pinto al jefe de las fuerzas enemigas: no iba a ser él quien diera un motivo de deshonor, rindiéndose y dejando de cumplir su deber, mancillando así la memoria de su ilustre abuelo, el general José Miguel Carrera.

Tras él fueron cayendo los oficiales, suboficiales y soldados. Ninguno esquivó la muerte. A partir de ella nacieron a la inmortalidad. ¡Jamás hubo una guarnición tan heroica como la chilena en La Concepción!
¿Pero, cómo nos interpela hoy el heroísmo de los 77 del 6º de Línea? Su conducta es ya un eterno ejemplo, respecto de cómo se pueden cumplir las responsabilidades con la patria. Para los miembros del Ejército es la consigna de que no habrá otra opción, si fuese necesario. Para los ciudadanos, este es un acervo particular, que bien puede indicar la medida de los esfuerzos que debemos estar dispuestos a hacer por el país, en la normalidad o en la adversidad. 

El mensaje de La Concepción sigue presente; y no sólo nos habla de martirio. Nos revela y da señales potentes de deber cívico y de honor. Cada uno de nosotros debe rescatarlo y hacerlo suyo. En esta conmemoración invito a todos los chilenos, especialmente a los jóvenes, a recoger el mensaje de los soldados inmolados. Los insto a recordar a estos héroes, los que contribuyeron a construir la paz en que hemos vivido por más de un siglo. 

Esta condición -la paz- debe cuidarse. Ella, por sí sola, no es perpetua, y nos obliga a efectuar los esfuerzos necesarios para mantenerla. En tal sentido, siempre podrá haber, en nuestros tiempos, espacios para el sacrificio, el heroísmo y la grandeza.

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

No sigas informándote a medias 🔍

Accede al análisis y contexto que marca la diferenciaNUEVO PLAN DIGITAL $1.990/mes SUSCRÍBETE