El creciente mercado de las franquicias en Chile
Se trata de una actividad muy atractiva para el emprendimiento, que implica una inversión potente y otorga una tasa de recuperación de la inversión relativamente rápida.
Hay diferentes formas de emprender. Iniciar un negocio propio, desarrollar una empresa pequeña con productos de fabricación propia o utilizar una marca fuerte que no se encuentre en el país. Esta última, conocida como franquicia, es un modelo de negocios que se ha incrementado fuertemente en Chile durante los últimos años.
La globalización, la apertura mundial y las comunicaciones han permitido ampliar la visión tanto de inversionistas, empresarios y el mismo consumidor. De esta forma se conocen productos de gran éxito en otros mercados y que posiblemente podrían tener la misma recepción en otros países con gustos y culturas similares. De esta forma aparece el interés por invertir en franquicias.
En Chile tenemos más de 120 marcas y productos que se comercializan a través de este modelo de negocio. Un 72% proviene del extranjero, siendo Estados Unidos el principal exponente, con un 36 por ciento. El principal rubro en que se comercializan estos productos es el gastronómico, principalmente la comida rápida. De esta forma fuimos testigos de la llegada al país de las grandes cadenas alimenticias Mc Donalds y Kentucky Fried Chicken a principios de los 90, Burguer King y Dominos Pizza a mediados de los 80, al igual que los helados argentinos Freedos y en los últimos años, el café Starbucks y restaurantes como Applebees y Papa Johns.
Este éxito de las franquicias no es coincidencia. El monto de inversión total varía en un rango que va de los 50 mil a 200 mil dólares, con un período de recuperación estimado de tres años. Además, representa una inversión muchas veces segura, ya que se utiliza un modelo de negocios probado en otras economías y generalmente con un éxito importante, lo que entrega mayor confianza y sustentabilidad a la inversión.
En Chile el caso más emblemático de las franquicias es el restaurante norteamericano McDonalds, especializado en la comercialización de hamburguesas, que anualmente genera ingresos superiores a los 70 millones de dólares en su amplia red de locales a nivel nacional, con una sucursal hasta en la Isla de Pascua.
Pero la inversión en franquicias no siempre resulta ser un negocio rendondo. En Chile hemos visto resultados nefastos como la heladería Freddos, cuyos altos costos perjudicaron su desempeño en Chile. O Kentucky Fried Chicken que ya no tiene el éxito del siglo pasado, principalmente por la fuerza de McDonalds. Pero el caso más grave fue el que ocurrió con Dominos Pizza. Tras una fuerte disputa legal entre Fernando Kaminetzky y la central internacional de Domino's, la matriz norteamericana le retiró la franquicia al empresario chileno y se la adjudicó a los empresarios Jaime Sinay y Felipe Israel, representantes de Blockbuster, 5asec y las peluquerías Palumbo y Sebastián Ferrer.
Kaminetzky contaba con 20 locales en Chile, y tras la determinación norteamericana tuvo que cambiar el nombre (hoy se denominan "Pizza Pizza"), aunque mantiene sus locales y los números de contacto. En junio de 2010, Dominos Pizza Internacional había ordenado que los locales antiguos debían detener todas sus operaciones en Chile, transferir sus activos y ceder los arriendos a los nuevos propietarios, algo que Kaminetzky rechazó por completo. Actualmente, la nueva franquicia de Dominos opera con dos locales, uno en Avenida Irarrázaval y otro en Los Dominicos, manteniendo los clásicos colores y logos de la pizzeria, pero con un alza importante en sus precios, en comparación a los de la antigua administración.
Considerando la complejidad de este negocio, se ha visto la posibilidad de realizar un magíster especializado en franquicias. La primera experiencia se vivió en Guatemala, donde la Universidad InterNaciones desarrolló el Magíster en Administración de Empresas con especialidad en Franquicias, programa que cuenta con la asesoría de propietarios de franquicias, inversionistas y empresarios. Lo curioso, es que la nación centroamericana cuenta con una inversión mínima en este tipo de negocios, pero conscientes de su importancia, han preparado este programa para intentar incrementar este tipo de proyectos.
La controversia que genera el programa de estudios de posgrado se suma a la creación del MBE (Master in Business Entrepreneurship), de la La universidad Politécnica de Madrid, un programa dedicado a los emprendedores, que provocó el debate acerca si es necesario especializarse para lanzar un negocio propio.
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