El día que ganó la Fiera
En abril de 1979, Colo Colo y Universidad de Chile jugaron la, hasta hoy, única final de la Copa Chile entre ambos. Protagonistas albos y azules que actuaron ese día recuerdan con melancolía el partido que se disputó en un repleto Estadio Nacional, con casi 75 mil personas.

Mariano Puyol aún recuerda cómo fue el festejo tras haber derrotado a Colo Colo en la final de la Copa Chile de 1979. Iba en su auto junto a Orlando Mondaca rumbo al restorán El Parrón, de Providencia, cuando en plena Avenida Grecia el vehículo se detuvo al lado de una micro repleta de hinchas albos. Súbitamente, Mondaca se bajó del auto, corrió hacia la máquina y les robó una bandera a los fanáticos colocolinos antes de inicar la rápida huida junto a Puyol. “Ese fue el primer banderazo. Los hinchas no alcanzaron a hacer nada, pero hoy nos hubiesen baleado”, asegura el ex volante.
Pocos momentos antes, Universidad de Chile había derrotado por 2-1 al cuadro popular en el duelo decisivo del torneo, que en ese entonces se conocía como Copa Polla Gol. El escenario fue un repleto estadio Nacional que recibió a casi 75 mil espectadores. Específicamente fueron 74.111 las personas que llegaron hasta el recinto de Ñuñoa, un hecho impensado para estos días donde apenas se autorizaron 12 mil entradas para el duelo de esta noche en La Portada de La Serena. “Lo que más recuerdo de ese partido es el marco de público, fue uno de los clásicos que jugué con más gente y el ambiente era una fiesta. Esos partidos siempre se jugaban con mucho público y hacerlo con casi 75 mil espectadores en el Nacional fue una experiencia increíble”, agrega Puyol.
Fue un encuentro disputado, en el cual los albos consiguieron ponerse en ventaja prematuramente con el gol de Atilio Herrera, a los tres minutos. Pero la U reaccionó y empató con Luis Alberto Ramos y más tarde pudo quedarse con la victoria mediante la aparición de Héctor Hoffens, jugador que le marcó ocho tantos al Cacique en los partidos que disputó: “Y eso que no era un jugador de hacer goles”, asegura con humildad. El Chico tiene una visión crítica cuando compara los enfrentamientos de esa época con los clásicos de hoy en día. “Eran totalmente diferentes; no se podía dosificar y esos partidos se jugaban a muerte. Es un privilegio haber participado de esos encuentros, un orgullo. Nunca vamos a volver a ver esas finales”, agrega el ex delantero.
El partido del 14 de abril de 1979 estuvo marcado por varios duelos personales. Colo Colo aparecía como favorito y en su plantel destacaban Óscar Wirth, Mario Galindo, Carlos Rivas, Leonel Herrera y Carlos Caszely. La U, por su parte, tenía a Alberto Quintano, Vladimir Bigorra, además de Puyol y Hoffens. “A mí me preguntaron cómo lo iba a hacer para desbordar a Galindo. Peró él era un súperclase, un caballero para jugar y ni siquiera pegaba patadas. No lo dejé subir, eso sí. Él era uno de los mejores laterales derechos que he visto en el fútbol chileno y pasaba arriba”, agrega Puyol.
Por su parte, Wirth, quien le contuvo un penal a Juan Soto cuando iban 1-1, recuerda cuál era el delantero que más respetaba en la U: “El Chico Hoffens era el más escurridizo, en cualquier momento enganchaba y creaba peligro”, afirma el ex portero.
Otro ex colocolino también tuvo un duelo particular con un azul. “Me tocaba la Fiera Ramos, era complicado, mañoso para jugar. Era guapo, pero se topó con otro más guapo. Nos agarrábamos a garabato limpio y si nos teníamos que pegar un combo a la mala, lo hacíamos; había que saber aguantar”, dice Leonel Herrera.
El triunfo azul fue más celebrado, teniendo en cuenta que hace 10 años no levantaban un título (1969). Pero este hito parece un hecho aislado, ya que después de la Copa que se ganó en el Nacional, el club laico debió esperar hasta 1994 para quedarse con otro torneo. Quizás por esto, la Copa Chile de 1979 se recuerda con tanto cariño en el club azul, como un grito desesperado en medio de tanto silencio y así también lo entienden en Colo Colo. “Para ellos, el recuerdo es bonito; nos ganaron una vez y por eso no se olvidan. Pero nosotros los teníamos de caseros, siempre les ganábamos y nos habíamos acostumbrado...prácticamente era un partido más, no más”, agrega Herrera.
Hoy, Colo Colo y la U darán vida a una nueva versión del Superclásico, esta vez en la instancia decisiva de la Copa Chile. El estadio no estará repleto y existe el riesgo de que las barras de ambos equipos choquen violentamente, algo que en la primera edición copera era impensado. “Yo podía caminar entre la hinchada de cualquier equipo y los más agresivo eran las tallas que echaban los hinchas, pero nadie agredía a otra persona, se disfrutaba de otra forma”, termina Wirth con nostalgia.
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