El hombre más anciano del mundo, el japonés Jirouemon Kimura, celebró hoy sus 114 años, con un desayuno de besugo a la parrilla, sopa de miso y arroz rojo.

El antiguo trabajador postal relató a los funcionarios municipales de su Kyotango natal, en el oeste del país, que "se emocionó muchísimo" cuando descubrió que se había convertido en el hombre más anciano del mundo, tras la muerte el 14 de abril de un trabajador ferroviario estadounidense retirado.

"Escuché las noticias, y es un gran honor", aseguró a los funcionarios. Su secreto ha sido comer con moderación, parando cuando su estómago estaba lleno al 80 por ciento, confesó.

Kimura aseguró en la celebración de su 113 cumpleaños el año pasado que su intención era alcanzar los 120 años, y el martes confirmó que "eso no había cambiado", afirmaron los funcionarios de Kyotango en un comunicado.

Los responsables municipales le describieron como lúcido y atento mientras se incorporaba y contestaba a sus preguntas durante 50 minutos.

Kimura, padre de siete hijos, tiene 14 nietos, 25 bisnietos y 11 tataranietos, trabajó en la oficina local de correos durante 40 años, y después se dedicó a cultivar hasta que tuvo 90 años. Ahora, pasa la mayor parte de su tiempo en la cama, pero es capaz de caminar con un andador y siempre hace tres comidas al día, aseguraron los funcionarios municipales citando a los miembros de su familia.

El Grupo de Investigaciones Gerontológicas de Los Ángeles cataloga a Kimura como el hombre más anciano del mundo, y al japonés Tanekichi Onishi, de 111 años, como el segundo más anciano. Hay cinco mujeres más ancianas que Kimura en la lista, incluyendo dos de Japón.