El interior de Iquique permite descubrir los caminos del desierto de Tarapacá
<img height="16" alt="" width="60" border="0" src="http://static.latercera.cl/200811/193728.jpg " /><br /> Hay en esta región de Chile una suma de pueblos, oasis, salares, vestigios arqueológicos y muchos atractivos que brotan en la sequedad como si las extensas planicies nortinas fuesen terreno fértil.

Espejismos y "diablitos". Salimos de Iquique dejando atrás sus seductoras y relajantes playas para meternos en el desierto y, tras un rato bajo el sol, ver aparecer imaginarias lagunas sobre el asfalto. También remolinos de polvo y viento, los "diablitos", que parecen bailar sobre terrosos escenarios. Atrás quedan Pozo Almonte y esa enorme mancha verde que rompe la aridez llamada Pampa del Tamarugal, mientras avanzamos unos 100 kilómetros hacia el sureste por la Ruta 5 en dirección a Pintados, el panel de geoglifos más grande del mundo. Los cerca de 400 dibujos de sus cerros han podido conservarse gracias a que el ángulo de las laderas de éstos no es tan abrupto y porque, hábiles en el arte rupestre, los antiguos habitantes supieron dibujar donde el viento no golpease de frente. Y era muy necesario, ya que todo este inmenso graffiti servía de señalética para las eventuales caravanas que circulaban por el sector.
Volvemos al camino. Los diablitos siguen bailando. El inclemente sol de la tarde golpea fuerte y es posible ver algunos arbustos formados en línea, señal de que muy abajo corre agua. Acá arriba, el barro que se formó, producto del agua escurrida por el invierno boliviano, adopta figuras de barras de chocolates, o tal vez es el sol y mejor sería guarecerse y tomar un poco de agua. Vamos camino al Salar de Llamara, a unos 150 kilómetros de Iquique. Este lugar funciona como un resumen de la historia del planeta. En sus aguas salpicadas de bellas formaciones salinas existen diminutas formas de vida, como los estromatolitos: fósiles vivos de 3.500 millones de años que poseen el registro del proceso evolutivo de la Tierra y, además, fueron los responsables del oxígeno de la atmósfera. Su importancia científica es invaluable. Es por esto que lo recorremos en fila india para menguar el daño de nuestras pisadas en su delicada biodiversidad. Los guías hablan de la diferencia en los niveles de agua con otros años, ya que de este lugar la Soquimich (SQM) extrae líquido para sus procesos productivos. Y aún más triste fue el enterarse de que, pocos días luego de nuestra visita, la empresa realizó 14 forados en el área con una retroexcavadora. Sólo hay cuatro de estos lugares en el planeta –los otros están en el mar– y algunos se dan el lujo de agujerearlos con máquinas industriales.
Ahora vamos a Tamentica, otro reducto donde los antiguos dejaron plasmadas sus antiguas inquietudes, ubicado a unos 200 kilómetros de Iquique. Para llegar hay que desviarse de la Ruta 5 en la localidad de Escalerilla y avanzar unos 60 kilómetros por un camino acompañado de un curso de agua seco que, conforme se interna en el cajón, se agranda transformándose en un pequeño cañón. Se trata de un asentamiento prehispánico y en sus petroglifos se encuentran referencias agrícolas e incluso balsas con hombres ensartando una especie de ballena, dibujos que se asumen como embarcaciones del Titicaca. Hay muchas figuras y es muy entretenido descifrar formas en las rocas y encontrarse con un cóndor con cola de lagarto, por ejemplo. De hecho, esta quebrada se llama Huatacondo, que significa nido de cóndores. Lamentablemente, este sitio también ha sufrido, recientemente, el robo y la destrucción de sus petroglifos.
El oasis de Pica, a 110 kilómetros de Iquique, es uno de los pueblos más conocidos de esta zona. Bendecido por sabrosos cítricos y frutas tropicales (¿ha probado el pie de limón de Pica? Hágalo), aquí se puede degustar el mejor picante de gallina con rocoto y quínoa del planeta, y donde, además, es posible disfrutar de sus aguas termales en una piscina natural de roca, la famosa y popular Cocha. Pica ha sido visitado por muchos pueblos y culturas a lo largo de los siglos y no es difícil saber por qué.
A 82 kilómetros de Pica se ubica una de las joyas del norte. Flamencos, llamas, zorros y ñandús conviven en el hermoso Salar de Huasco, una laguna donde el cielo y las nubes se reflejan constantemente, y donde hay que caminar como astronauta en la Luna, ya que los 3.800 metros de altura no hacen buena mezcla con la velocidad. Según asiduos visitantes, el nivel de la laguna ha descendido considerablemente "debido a la extracción que realizan las mineras", una frase que se repite en todo el norte cuando hay agua de por medio.
La tarde cae sobre el desierto y un arcoíris de colores terrosos se despliega afuera de la ventana mientras pasamos por La Tirana camino al camping Huarango. La eterna pregunta sobre si prefieres el sur o el norte podría responderse a favor de este último sólo por los colores de este atardecer y la Luna gorda, llena y resplandeciente que tímidamente se asoma y comienza a alumbrarlo todo.
CAMINO AL CIELO
Una de las particularidades de esta zona es que cada uno de los pequeños pueblos tiene un santo protector, como San Andrés en Pica, San Antonio en Matilla y, paradoja, San Isidro en La Huayca. Otro de los elementos que se repiten son las flores de papel y plástico que adornan sus cementerios y las animitas de los caminos. Avanzamos hacia Cariquima, en el Altiplano, a unos 230 kilómetros de Iquique y a 3.700 m.s.n.m. El camino es hermoso, aunque haya que hacer ingentes esfuerzos por permanecer despierto, puesto que al haber menos oxígeno, el cuerpo anda más lento. En un sitio alcanzamos por algunos momentos los 5 mil metros de altura y se sienten. Una manera de conocer la altura es fijándose en la flora: los cactus están a 3 mil, las llaretas (especie de verdes musgos que crecen un mm por año) están a los 4 mil y a los 5 mil la queñua, el árbol "más alto" del mundo.
Cariquima es como uno se podría imaginar un típico pueblo del Altiplano, aunque aquí, claramente, se han preocupado por su cuidado y organización. Hay una plaza con florecidos cactus gigantes, una iglesia con candados grandes y viejos y un blanco campanario. Sus calles tienen nombres de ciudades y las llamas pasean como perros. En esta fría mañana, algunos hombres toman sol apoyados en sus casas de adobe, paja y techos de zinc con piedras encima, y otros se preparan, como cada 15 días, para vender sus productos en una vecina feria boliviana, a unos 20 kilómetros de aquí. En la plaza, integrantes de la Asociación Indígena Aimara de Mujeres Artesanas, vestidas con sus coloridas prendas, nos muestran los hermosos tejidos que sus manos saben hacer. Una de ellas, Helena Mamani, de 64 años, mira melancólicamente al cerro Huanapa mientras teje, y hace una especie de saludo porque en la cultura altiplánica los cerros son personas que se casan, pelean y tienen hijos. Y a uno le dan ganas de tomar a esta hora de la mañana, cuando el sol apenas calienta, un típico té con té (con alcohol de 96 grados) y verter un poquito a la tierra por los que ya no están y también saludar al Huanapa con la palabara aimara "jallalla": enhorabuena.
GUIA DEL VIAJERO: TARAPACA
VOLAR
Una buena manera de comenzar (o terminar) el recorrido por esta zona, es con un poco de adrenalina. Y para eso, volar en parapente en Iquique –uno de los mejores lugares del mundo para practicar este deporte– no tiene precio. O sí: $ 35.000 por vuelo biplaza. www. altazor.cl
DORMIR
Hotel Gavina: Con una privilegiada ubicación, dos piscinas y muy buen restaurante. Habitación doble desde $ 64.000. www.gavina.cl
Terrado Suite: Tres restaurantes, uno en el piso 15, dos piscinas y a metros del casino. Habitación doble desde $ 80.000 más IVA. www.terrado.cl
Hotel Ymca: Especial para mochileros de bolsillos pequeños. Limpio, en pleno centro cultural y a pasos de la playa, $ 6.000 pp. www.ymcaiquique.com
Hostal Tata Inti: En Cariquima. Sencillo y limpio. Habitaciones con baño privado y desayuno desde $ 9.000. Reservas al f. (02) 196 0106.
Cabañas Tía Flor: En Pica. Para 6 personas, amobladas, con TV cable y a dos cuadras de la plaza principal. Desde $ 30.000. Reservas al f. (57) 741 354.
Camping Huarango: Su concepto es similar al de los tambos incas, es decir, un lugar donde comer, dormir y partir. $ 32.000 la noche más cena y desayuno. Carretera A 665, km 18 s/n, a 7 km de La Tirana. www. ecocampamentoelhuarango.cl
VIAJES ESPECIALES
Una excelente manera de recorrer estos sitios a bordo de un bus-camión 4x4 llamado Overland, es a través de la agencia Satour Viajes. Informaciones y reservas en www.satourviajes.cl
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