El largo camino de la oposición para convertirse en favorita
Por primera vez en 16 años, la oposición puede obtener la mayoría en los comicios para la Asamblea Nacional. Si gana la mayoría simple (84 de 167 diputados) buscaría una amnistía para presos como Leopoldo López. La oposición ha perdido 18 de las 19 elecciones en la era chavista.

“Este gobierno no aguanta una victoria más. Lo único que puede salvarlo es una victoria de la oposición”. Reunido con la prensa internacional en Caracas, el diputado y vocero de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Julio Borges, esbozaba así hace unos días su análisis sobre las elecciones legislativas de hoy en Venezuela, pero que el país las vive casi como si fuesen presidenciales, pues por primera vez en 16 años el antichavismo puede obtener la mayoría, según las encuestas.
Por años dividida y convencida de un triunfo tras perder 18 de 19 comicios celebrados en la era chavista, la oposición se presenta con una lista única de candidatos y la promesa de un “cambio” que ponga fin a las penurias derivadas de la crisis económica en una nación con las mayores reservas petroleras del planeta. Se trata de unos comicios, que en opinión de Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello, se han convertido en un “plebiscito” entre quienes apoyan y quienes están enfadados con el Presidente Nicolás Maduro, cuya popularidad, según la firma Datanálisis, se sitúa en un 22%.
Pero para la oposición no fue fácil llegar a esta instancia, como recuerda Colette Capriles, profesora de Ciencias Sociales y Filosofía Política en la Universidad Simón Bolívar. “Durante los primeros cinco años del gobierno de Hugo Chávez, la oposición estuvo liderada por figuras y organizaciones no políticas o abiertamente antipolíticas (organizadas en la llamada Coordinadora Democrática), de modo que los partidos empezaron a recuperarse en 2006 cuando nuevos partidos como Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo (junto a los antiguos y otras nuevas formaciones) adquirieron protagonismo y se arriesgaron a reconducir la lucha política por la vía electoral de la que mucho del público opositor desconfiaba”, explica a La Tercera.
Fue precisamente la estrepitosa derrota de la oposición en las elecciones de 2006, donde Chávez se impuso por un 62% de los votos frente a su adversario Manuel Rosales, lo que llevó a los detractores del régimen a cambiar de estrategia y crear un frente común antichavista: la MUD. La experiencia de las legislativas de 2005 ya había sido demasiado traumática para el sector. Ese año la oposición se retiró de los comicios por considerarlos “fraudulentos”, con lo que permitió que el oficialismo tomara el control total de la Asamblea Nacional.
Así, en 2007, la oposición cosechó su única victoria hasta ahora en la era chavista. En el referendo de ese año, un 50,7% de los venezolanos se pronunció en contra de la reforma constitucional con la que Chávez pretendía eliminar los límites a la reelección presidencial.
Muerte de Chávez
Luego vinieron las elecciones presidenciales de 2012 y 2013, cuyos resultados empezaron a evidenciar el desgaste del chavismo y el avance opositor, sobre todo tras el fallecimiento de Hugo Chávez, según comenta el analista político Herbert Koeneke. “La muerte de Chávez en marzo de 2013 ya se había traducido en una merma sustancial del apoyo electoral al chavismo. De hecho, en los comicios presidenciales de abril de ese año, la diferencia entre Maduro y (el opositor Henrique) Capriles se contrajo en alrededor de nueve puntos porcentuales en comparación con la ventaja obtenida por Chávez frente a Capriles en octubre de 2012”, destaca.
Las turbulencias al interior de la oposición, sin embargo, se hicieron evidentes a comienzos de 2014, con la irrupción de dos bandos: los “salidistas” contra los “dialogantes”. La entonces parlamentaria María Corina Machado, líder de Vente Venezuela; el alcalde Mayor de Caracas, Antonio Ledezma; y Leopoldo López, dirigente de Voluntad Popular, impulsaron “La Salida”, un movimiento de protestas en todo el país, para exigir la renuncia de Maduro. Fue una postura contrastante con el otro sector de la coalición aglutinado en torno a Capriles y al entonces secretario ejecutivo de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, que apostaba por esperar a que la escasez y el colapso económico erosionaran las bases políticas del gobierno. Los disturbios se apagaron tras la muerte de 43 personas y el encarcelamiento de dirigentes como López.
Para Elsa Cardozo, doctora en Ciencias Políticas, “el principal desacierto fue la competencia entre liderazgos y propuestas que también fragmentaron a los electores”. Sin embargo, considera que la oposición organizada en torno a la MUD pudo “superar las divergencias estratégicas de 2014” y hoy “ha ganado apoyos por cuanto logró nuevamente presentarse a los electores concertadamente”.
Con 67 diputados en la actualidad, las estimaciones de la oposición son alcanzar entre 90 y 96 escaños en los comicios de hoy. Si gana la mayoría simple (84 diputados de 167 diputados) buscaría una amnistía para presos políticos, con la calificada (101) o absoluta (112) intentaría un referendo que promueva una salida anticipada de Maduro.
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