El manifiesto de Allen Ginsberg
A 90 años de su natalicio, se publica Prosa deliberada, textos en que el autor de Aullido registra sus influencias, de William Blake al LSD. Trozos de biografía de una voz clave de la Generación Beat.

En el volumen, traducido por el poeta chileno Rodrigo Olavarría, se concentran aspectos de su biografía, comentarios de sus lecturas iniciales de Dostoievski, Rimbaud, Whitman, y se encuentran detalles del proceso de creación de obras como Aullido y Kaddish. Además, está el retrato de la Generación Beat. Los textos tienen su origen en revistas, diarios, publicaciones universitarias, prólogos y correspondencias.
“La simultánea iluminación auditiva de la voz de William Blake y la visión de la eternidad en 1948, la cultura underground y la conciencia del apocalipsis lo conducen a una estadía de ocho meses en el Instituto Psquiátrico Estatal de Nueva York y a un posterior interés en la poesía y la política místico-gnóstica”, escribe Ginsberg en los 70, en Compendio, recordando cuando era un veinteañero. Un escrito de presentación donde nombra sus encuentros con Ezra Pound, Bob Dylan, William Burroughs y Mick Jagger. El poeta místico, homosexual y drogadicto nació el 3 de junio de 1926, hace 90 años. Y falleció en abril de 1997, a los 70 años.
“En estos textos uno puede reconstruir la trayectoria vital que lo condujo a ser Allen Ginsberg. Está todo”, dice Rodrigo Olavarría, quien tradujo Aullido y Kaddish para el sello español Anagrama. “Otra característica de estos textos es la constante llamada de atención que Ginsberg hace en favor de sus amigos y los autores que admira. No solo los promueve, sino que nos enseña a leerlos”, agrega Olavarría, quien tomó como base para el presente ejemplar Deliberate Prose. Selected Essays 1952-1995 (2000).
Subcultura y vacío
Una declaración de principios. Un manifiesto y una confesión. “No planifiqué exactamente tener una gran imagen púbica (...) En realidad, mi ideal original era sobria y brillante: no publicar nada más que gemas, a la manera de Rimbaud”, anota Ginsberg en Reflexiones sobre mis publicaciones, parte de Prosa deliberada.
Sobre su obra cumbre, Aullido (1956), anota: “Pensé que no escribiría un poema, que simplemente escribiría lo que quería escribir, sin miedo, que dejaría en libertad a mi imaginación, a una abierta discreción...”. Y también se refiere a Kaddish (1961), un canto bello y desgarrador ante la muerte de su madre, y recuerda aquel momento: “Me senté en el mismo escritorio desde las seis de la mañana el sábado hasta las diez de la noche del lunes escribiendo sin apartar mi mente del tema excepto para ir al baño”, señala y deja constancia de las atenciones de su pareja, el poeta Peter Orlovsky.
Pero antes que Ginsberg registrara la voz de los locos, de los judíos y los marginados, a inicios de la década del 50 nació la gran banda de rock de la literatura norteamericana: la Generación Beat. Una “expresión”, para referirse a lo contrario del glamour de la Generación Perdida, manifiesta en una conversación con Jack Kerouac y John Clellon Holmes. “Beat es un término carnavalesco (subcultural), un término común en el Times Square de los años cuarenta. ‘Amigo, estoy beat’ significaba que no tenías dinero y no tenías un lugar donde quedarte”, escribe Ginsberg.
La carrera solista del poeta nacido en Paterson, New Jersey, está marcada por los viajes y el vínculo con grandes figuras del arte y la literatura. De Andy Warhol al novelista francés Jean Genet.
“Empezó a viajar a principios de la década de 1950 por el México maya; varios años de viajes entre Tánger y Europa en esos años, previos viajes en la marina mercante a Africa y el Artico, medio año en Chile, Bolivia y el Amazonas del Perú en 1960, medio año en Cuba, Rusia, Polonia...”, señala hablando con distancia de sí mismo. “Si alguien desea una declaración de principios (...) Soy un creyente de la Iglesia Norteamericana de la Poesía”, asegura el poeta barbudo, y anota una y otra vez en Prosa deliberada reflexiones sobre la poesía de Blake, quien, para él, “está lleno de imágenes neurológicas”.
Ya en los 70, el autor señalaba que la mejor poesía no la estaban haciendo los poetas. Por el contrario, “la poesía ha sido devuelta al cuerpo humano a través de la música”, dice y nombra a John Lennon y Bob Dylan. Luego escribe sobre Hydrogen Jukebox, una ópera creada junto al compositor Philip Glass. “Ambos somos budistas practicantes”, apunta.
El libro se cierra con el capítulo Política y profecías. Allí está la defensa de Ginsberg al LSD en el Congreso de Estados Unidos. Tenía 40 años y narra su recorrido por las drogas. De la marihuana al opio, de la ayahuasca al LSD. “Estoy aquí porque quiero contarles mi propia experiencia (...) El siglo XX ha entrado en una especie de era espacial de ciencia ficción: la sobrepoblación masiva del planeta, la posibilidad de una guerra planetaria y muerte, tal como en el apocalipsis bíblico...”, dijo eso y más, el profeta de Nueva York.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.
4.