Histórico

El salto al vacío de Sergio Jadue

Asumió casi de rebote la presidencia de la ANFP y llegó a ser una de las principales autoridades del fútbol sudamericano. Su gestión multiplicó los ingresos y tocó la cima con el título de la Copa América. Todo empezó a desvanecerse por el escándalo FIFA. Hoy, el alejado timonel del fútbol se está quedando solo.

“¿Quién quiere ser presidente de la ANFP?”. En una mesa con cerca de 14 dirigentes de distintos clubes, sólo dos levantaron la mano de inmediato ante la pregunta que lanzó Jorge Segovia. Con 31 años y una ambición ya reconocida en el mundo del fútbol, Sergio Jadue era uno de ellos. Segovia, de Unión Española, había ganado las elecciones semanas antes, pero un resquicio de los estatutos le impedía asumir la función.

En esa comida, en esa reunión, después de alzar el brazo, comenzó una meteórica carrera de Jadue como dirigente del fútbol. Días después, el 14 de enero de 2011, el fanático directivo de La Calera era investido con el más alto rango dentro del balompié nacional. Quién sabe, quizás ya tenía planificado todo su camino hasta las más altas esferas de este deporte, a nivel local e internacional. Como sea, esa simple imagen reflejaba su sed de poder y convicción.

Tiempo atrás, durante el período de Harold Mayne-Nicholls al mando de Quilín, había participado en una gira internacional de la Selección por Medio Oriente, con Marcelo Bielsa como entrenador. Ahí, por primera vez conoció al rosarino, de quien se confesó (y lo ha seguido haciendo hasta hoy) su admirador. Y no sólo eso, ya que en ese mismo viaje, Jadue comprometió su apoyo a Harold en las elecciones, lo que finalmente no se concretó, pues finalmente terminó ocupando el lugar de ex funcionario FIFA.

Desde esos días y hasta la fecha, el paso del calerano por la testera de la ANFP ha sido agitado. Desde que asumió y le solicitó una reunión a Bielsa para intentar retenerlo en el cargo, cita que duró apenas tres minutos, en la que ni siquiera se dieron la mano (Jadue asegura que el argentino se la negó) y que terminó con la renuncia del entrenador horas después.

La familia 

El hoy alejado timonel del fútbol dio sus primeros pasos en el mundo de los dirigentes a los 27 años, en su club de siempre, Unión La Calera. Fue su abuelo José Jadue, fundador y ex presidente de la institución, quien influyó más en esta decisión. Don José fue el verdadero padre del ex estudiante de derecho (no terminó la carrera), debido a que su padre biológico, de apellido Cortez, lo abandonó cuando apenas tenía 9 años. Por eso, cuando tuvo la opción de hacerlo, Sergio se cambió legalmente su apellido paterno y adoptó sólo es de su familia materna.

Fanático total del balompié, su máximo ídolo deportivo era Iván Zamorano. En su época de adolescente no se perdía los partidos de Bam Bam por el Madrid y ya más adulto, el día en que se retiró de la Selección con un amistoso ante Francia, Jadue lloró desde la tribuna, sentado solo en un asiento secundario del estadio Nacional. Se lo confesó a La Tercera años después, en su remodelado despacho de la Asociación, recostado en un sillón largo, con la Copa América al lado y fumando un cigarro electrónico, en su afán por dejar de fumar.

Casado con María Inés Facuse (dos años mayor que él) y padre de dos hijos, a quienes utiliza como ícono en su contacto de WhatsApp, quienes lo conocen de cerca lo describen como un tipo aclanado, apegado a su familia. Una versión que en noviembre de 2010 se enfrentó con la formalización por violencia intrafamiliar que sufrió, por agredir, supuestamente, a su esposa y a uno de sus hijos. La noticia se hizo pública el mismo en que fue electo presidente de la ANFP y fue la misma cónyuge quien lo defendió públicamente de esta acusación, que judicialmente quedó en nada.

Lo cierto es que los primero días del dirigente en el sillón de Quilín fueron muy movidos, puesto que también tuvo que dar explicaciones por su relación laboral con Tomás Serrano y Jorge Fuenzalida, principales accionistas de La Calera, culpables del defraude de la corredora Serrano McAuliffe. Un tema que tuvo que atender nuevamente a fines de 2014, luego que ambos empresarios fueron condenados a 15 y 11 años, respectivamente.

La personalidad 

Desde que llegó Jadue a la ANFP, su estilo de administración ha sido estar encima de todo. La imagen personal, además, se transformó en una obsesión del directivo. Al asumir sus funciones, pesaba cerca de 94 kilos. Hoy, está cerca de los 70. Dejó de fumar, de comer mal y empezó a hacer actividad física, por lo menos cuatro veces a la semana. Trote y fútbol fueron sus deportes preferidos. Su posición en la cancha es la de volante creativo y es de los jugadores gritones a los que les molesta mucho perder. Quienes lo vieron alguna vez en un campo de juego, dicen que perdía la compostura fácilmente.

Ese mismo cambio de ánimo ha sido uno de los factores comunes de Jadue durante toda su administración. El último ejemplo fue su respuesta a las versiones sobre su viaje a Sao Paulo, Brasil. Ahí dejó escapar toda su ira y se lanzó con toda en contra del vicepresidente ejecutivo de Azul Azul, Mario Conca, sin nombrarlo, pero sí apuntándolo claramente. Habló de un “cahuín típico chileno”, de un “dirigente bajo que entregó boletas ideológicamente falsas”, y descartó de plano se renuncia. Ese mismo día, por la noche, presentó una licencia médica para dejar el cargo temporalmente durante 30 días.

Así es Jadue. Una persona reactiva, que hace unos años le dijo “cállate imbécil” a un hincha que le reprochaba la partida de Marcelo Bielsa, y que muchas veces utilizó el discurso de la ironía para responderle a sus detractores o enemigos, en momentos de alta tensión. “No me acuerdo del acuerdo”, es otra frase muy recordada que el directivo le lanzó a José Yuraszeck, según versión del entonces presidente de la U, quien acusaba a la ANFP de no respetar un compromiso para que los jugadores de su equipo no fueran citados a la selección nacional.

Un cercano al dirigente asegura que con el tiempo aprendió a respetar y hasta “tenerla buena” al calerano. Eso sí, indica otro directivo del fútbol, “es cosa de apretarlo un poco para que explote y te responde fuerte. Aunque le dura poco”. Esa irascibilidad marcó el trato del regente del balompié local, con sus pares, subalternos y también con jugadores de la selección nacional, como Arturo Vidal, blanco de toda la ira de Jadue al día siguiente de que chocó su Ferrari nuevo, durante la Copa América.

Eso sí, su relación con los futbolistas más importantes de la Roja siempre fue muy estrecha, especialmente con Claudio Bravo, el capitán. Se comunican (o comunicaban) regularmente para ver temas de la Selección. El jugador del Barcelona tiene línea directa con el alejado presidente. El último conflicto por los premios fue el único conflicto serio que tuvieron los futbolistas con la ANFP en el período Sampaoli.

Lo mismo sucede con el casildense, además. Al técnico varias veces ha tenido que llamarlo a su oficina para pedirle explicaciones sobre su posible partida de la Roja. Algunas de estas reuniones han sido en términos muy beligerantes, de hecho. La molestia, eso sí, dura muy corta, aunque reiterada en el último tiempo.

Sus éxitos

Hay que reconocerle a Jadue, eso sí, que sus casi cinco años (fue reeligido sin opisición en noviembre de 2014) al frente de la ANFP han estado acompañados de los mejores registros deportivos de la Selección y la multiplicación de los ingresos. Marcados, por cierto, por la obtención de la Copa América como hito más importante, lo que ha ido acompañado de un  proceso natural de valorización de la marca selección, con los consiguientes contratos millonarios por derechos comerciales de la misma, ya sea por imagen, indumentaria deportiva o transmisiones televisivas. La marca estadounidense Nike, por ejemplo, pagará US $ 7 millones anuales hasta 2022 por vestir a la Roja. A su vez, Mega, puso US $ 106 millones sobre la mesa para hacerse con los derechos de la selección hasta 2018. Los números de la gestión del calerano son, a todas luces, positivos.

El golpe FIFA 

El paso de Jadue por la ANFP se había tranquilizado, hasta que estalló el escándalo de corrupción en la FIFA y que apuntó directamente a la Conmebol y a nueve de 10 presidentes de sus respectivas asociaciones. Sus más cercanos le preguntaron directamente al presidente si tenía algo que ver y su negativa siempre fue rotunda.

El cerco de la investigación ha ido cercando cada vez más a los líderes del fútbol sudamericano y eso también le ha generado problemas de salud al dirigente, al punto que hace varias semanas había delegado varias de sus funciones en Quilín. Por primera vez, de hecho, no participó en el acuerdo por los premios del plantel y sólo llegó a Juan Pinto Durán para firmar el acuerdo.

La credibilidad de Jadue se perdió y ahora una buena parte de los clubes y otros directivos de Quilín están esperando una salida definitiva del puesto. “Le estamos dando la oportunidad de irse, pero de no hacerlo, seguiremos buscando pruebas irrefutables”, explica un dirigente del fútbol chileno. Parece cosa de tiempo para que alguien tenga que levantar el brazo, como lo hizo Jadue en 2011, para ofrecerse como el próximo presidente de la ANFP.

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