El sueño de un club de barrio
Deportes La Pintana representa a una de las comunas más vulnerables del país. En su tercer año en la categoría, aspira al ascenso.

Saben que el domingo, en Valdivia (a partir de las 12:00 horas) lo tendrán todo en contra, pero el desafío no podría resultar más estimulante para un plantel como el pintanino, nacido de la adversidad. Hace días que en la popular comuna metropolitana, confinada en el extremo sur de la capital, no se habla de otra cosa; del duelo que enfrentará en el Parque Municipal a Deportes Valdivia (puntero de la Segunda División con 60 puntos) y el equipo auriverde (segundo con 58 unidades) y que dilucidará la identidad del club que milite la próxima temporada en Primera B. Por eso, al término de la última sesión de entrenamiento, Rubén Soza, presidente de la entidad, se sienta a pie de cancha a conversar con La Tercera. La Pintana -asegura- tiene un sueño. Un sueño real.
“Ahora mismo estamos en el patio trasero del fútbol profesional, pero nuestro sueño es llegar a Primera B y que eso pueda empezar a dar réditos sociales”, comienza a manifestar el dirigente, quien ve en el jovencísimo Club de Deportes La Pintana (fundado en 2009 y presente en Segunda División desde 2014) a una entidad llamada a potenciar el desarrollo deportivo y personal de los jóvenes de la comuna. “Esta es una comuna vulnerable, en la que vive mucha gente pobre, muy estigmatizada”, recuerda, antes de denunciar el tono discriminatorio empleado a su juicio desde la Región de los Ríos para referirse al conjunto auriverde: “A nosotros nos han tratado como el ajo en Valdivia. Tú lees la prensa y hablan como si todos aquí fuesen flaites. Se dijo de nosotros que éramos un equipo de mafiosos, que los jugadores eran unos delincuentes y nosotros nunca hemos tenido una trifulca, pero por el hecho de ser de La Pintana, te estigmatizan nomás”, asegura.
Con un plantel dirigido desde el comienzo del proceso por el experimentado DT Christian Muñoz; que ha encontrado el equilibrio perfecto entre la juventud y la experiencia; entre la apuesta formativa y el reciclaje a costo cero; nutrido por futbolistas procedentes de la cantera de la U (Benjamín Inostroza), Colo Colo (Cristopher Penroz) o Audax Italiano (Cristopher Ojeda); y la presencia de “cinco o seis jugadores de la comuna”; a la escuadra pintanina tan solo le vale el triunfo para obrar el milagro, para ascender.
“Choca harto ver a un equipo de una comuna popular como La Pintana a las puertas de Primera B, porque por desconocimiento es una comuna que no está muy bien vista. Nosotros lo sabemos, porque a veces nos gritan cosas en los estadios, pero no nos preocupa. Estamos aquí y tenemos ganas de ganar”, proclama Penroz, uno de los futbolistas más destacados de una escuadra metropolitana que ostenta el mejor rendimiento de visita de toda la categoría.
Una institución recibida, por cierto, con controversia y suspicacias luego de su conversión en SADP, acusada de recibir financiamiento municipal de manera indirecta. Una denuncia, sin embargo, que el presidente Rubén Soza califica de “falacia” y en la que prefiere no ahondar. “Hoy día el fútbol en Chile no es negocio”, apostilla, antes de fantasear: “No se trata de arruinarles la fiesta a ellos, sino de cumplir el objetivo nosotros, subir a la B y disfrutar de los beneficios sociales. Porque si eso pasa, podrá haber pronto un niño de La Pintana jugando con un niño de Colo Colo, a la misma altura y en nuestro estadio. Y eso pocas veces se da”. En la olvidada comuna de La Pintana tienen licencia para soñar.
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