Histórico

El teatro de la reinserción: actores y ex convictos se unen en Ricardo III

El drama de Shakespeare llega al GAM el 31 de marzo, dirigido por Jacqueline Roumeau. Su elenco lo integran actores profesionales, otros en formación, y ex presos que buscan reinsertarse.

El palacio luce aquí como un tenebroso pabellón carcelario, una sala del Congreso o hasta la maqueta de un país gobernado por una casta política ambiciosa que esconde sus vicios frente a la opinión pública. Cuando hace dos años la actriz Jacqueline Roumeau decidió montar Ricardo III, última parte de la tetralogía sobre la historia de Inglaterra escrita por William Shakespeare entre 1591 y 1592, pensó en faltarle el respeto al dramaturgo de quien este año se cumplen 400 desde su muerte. Primero, había que devolverle al teatro shakespeareano su carácter popular, obviando la sublimidad de su autor. Luego, y más difícil aún, hallar a un elenco virtuoso, sin caras conocidas y que se empapara de la tragedia del siglo XV para develar una crisis local y actual.

Hace 15 años, poco después de egresar del Club de Teatro de Fernando González, Roumeau partió a Mejillones tras los pasos de un viejo amor. Al año, cuando ya había fundado su propia compañía, fue invitada a participar de un proyecto carcelario que fusionaba teatro y reinserción. En 2000 estrenó su primer montaje, Pabellón 2 Rematadas, con testimonios de mujeres de entre 25 y 80 años, todas recluidas en la cárcel de Antofagasta. "Encontramos un método que para Chile parecía novedoso: teatro sin actores profesionales y dentro de los recintos penales. Nuestra idea, más que un taller, era que fuese una herramienta permanente para desarrollar habilidades sociales que les permitiera reinsertarse en la sociedad", cuenta Roumeau.

La obra fue un éxito. Tras girar por el norte, ese año debutó en el Teatro del Puente y luego en el Festival Santiago a Mil. Le siguieron Colina 1 (2002), con testimonios de hombres presos, casi todos por robo con intimidación; una adaptación de Marat Sade ambientada en la Araucanía (2004); Sangre, cuchillo y velorio, de 2010, sobre la dictadura chilena vista a través de los ojos de varias generaciones; La ópera de los tres centavos, de Bertolt Brecht, y Torre 5, donde participaron familiares de las víctimas del incendio de la cárcel de San Miguel de 2010, cuando 81 reos murieron entre las llamas.

El próximo 31 de marzo, Roumeau y la corporación Coartre, dedicada a introducir el teatro en cárceles y otras comunidades terapéuticas, darán otro gran salto: llegar al GAM con esa obra de Shakespeare que alguna vez soñó con ver protagonizada por actores anónimos y ante un público diverso y ajeno al teatro. “Tendremos dos ensayos abiertos, el 22 y 29 de marzo, a adultos mayores y niños, y llevaremos la obra a seis comunas de la Región Metropolitana -Colina, Talagante, Cerrillos y otras-, como hacía Shakespeare cuando montaba en el Globe”, cuenta.

Protagonizada por Ronald León, Carlos y Dania Valdebenito (familiares de una de las víctimas de San Miguel) y Emilio Soza, el elenco une a actores profesionales con ex reos en proceso de reinserción. “A diferencia de la formación profesional de los seis actores que habrá en escena, los siete aficionados traen consigo una memoria corporal y una historia de vida que sirve para contar esta historia de ambición y lucha de poder descarnada”, dice Roumeau. El montaje se nutre de eso, agrega, “del texto que Shakespeare escribió y un trozo de las vidas de estos reos que encontraron en el teatro una nueva razón de vivir”.

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