Una Iglesia Catedral repleta a pesar de la lluvia que afectaba a Linares brindó el último adiós al matrimonio Correa Chimenti, fallecido trágicamente cuando se precipitó a tierra el avión que los trasladaba desde San Javier a Santiago.

Familiares, empresarios, autoridades comunales y provinciales estuvieron presente en la misas de exequias efectuada en la nave central del templo religioso.

En el oficio religioso, presidido por el vicario pastoral de la Diócesis de Linares, sacerdote Waldo Alfaro, se destacó el rol de la pareja como padres y buenos cristianos y comentó que dejarán una huella imborrable no solo en su familia sino que también en todos aquellos lugares donde les correspondió desenvolverse.

Alejandro Correa González (46) y Patricia Chimenti Aussent de (44) dejan dos hijas, Ignacia de 14 años e Irene de 9, las que por ahora estarán al cuidado de los tíos maternos a la espera de reorganizar las vidas en su entorno cercano.

El accidente aéreo se produjo en los momentos en que el vuelo de la aeronave  Beechcraft bimotor cayera sobre una casa patronal de un fundo cerca de Curicó, provocando la muerte inmediata de sus tres ocupantes entre los que se contaba el matrimonio linarense que se dirigía  Santiago donde Alejandro Correa se practicaría una serie de exámenes por los dolores que sufría en una de sus piernas tras regresar de un viaje de negocios realizado a Japón.

Una vez terminada la celebración litúrgica, los restos de Alejandro y Patricia fueron trasladados hasta el Parque Jardín Las Rosas de Linares.