Se ha hablado en estos días del cuoteo político, de cargos en servicios públicos que se reparten más por militancia que por ideoneidad   ¿Cómo la reforma al sistema de Alta Dirección Pública podría enfrentar esto?

La militancia o el compromiso político de un directivo público no es el problema. Lo verdaderamente importante es que para el ejercicio de un cargo directivo lo primero es pasar el filtro del mérito. Lo que nos debe guiar es construir un sistema que permita elegir entre quienes están capacitados. El proyecto de ley que perfecciona la ADP se hace cargo especialmente de desligar los procesos de selección de los directivos del ciclo electoral y de los cambios de gobierno. Se suspenden los  procesos de selección de altos directivos en los 8 meses anteriores al cambio de gobierno, que no sean autorizados por el Consejo de ADP; y en los 6 primeros meses de un nuevo gobierno la remoción de un directivo público deberá fundamentarse ante el mismo Consejo, limitando de esta forma remociones arbitrarias. Muy importante: se suprime la figura del directivo transitorio y provisional cuyo uso ha afectado enormemente la legitimidad de la ADP.

Los directivos son de confianza de la autoridad. Pero confianza y mérito en muchas ocasiones están en tensión y la forma en que esta se ha resuelto, sobre todo en los cambios de gobierno, ha ido socavando el principal objetivo de la ADP que es atraer a profesionales de calidad que quieren servir en el Estado.

¿Qué opina el gobierno de la campaña No al cuoteo para cambiar mecanismos de selección en organismos como TVN, Servel o TC?  

Es importante reflexionar sobre la gobernanza de estas instituciones públicas y avanzar en precisar los perfiles que se requieren, en más transparencia en los procesos; importa también el número de integrantes de esos cuerpos colegiados para garantizar una adecuada pluralidad de competencias y miradas.Estos y otros elementos son muy importantes y en muchas instituciones pueden ser débiles, pero no olvidemos que al final a alguien le corresponde  decidir. La gobernanza de las instituciones públicas estará siempre vinculada de alguna manera al poder político. Incluso si se eligiera a un grupo de sabios para hacer la mejor selección posible, lo más probable es que esos sabios fueran elegidos por el poder político.