Histórico

Eufemismos políticos

Las explicaciones sobre la precampaña de Bachelet no son creíbles. Chile cambió, dicen cuando les conviene. Entonces, que asuman los costos políticos de lo que hicieron y dejaron de hacer. <br>

LA COSTUMBRE en Chile fue conducir la política con eufemismos. En el gobierno y la Nueva Mayoría piensan que hoy es posible continuar haciéndolo.

Los múltiples antecedentes que han salido, llevan a concluir inequívocamente que hubo un comando que trabajó con financiamiento indebido durante años para que Michelle Bachelet volviera. Da lo mismo si cabe denominarlo de "pre campaña" (¿de qué otra manera se podría llamar a uno que fue previo a la campaña?), el hecho es que existió. Cuando no se pudo seguir negando, surge una nueva versión: la candidata nunca supo ni autorizó nada, menos que se pidiere plata a los malos de la película, los empresarios; si en esa época tenía dudas de ser o no ser.

Pues bien, todo eso no da cuenta de la verdad. Aunque sea cierto que dudaba, no podía menos que saber que había un grupo de gente que estaba trabajando aquí dedicado para que fuera candidata. Y siendo así, ¿acaso pensaba que esas personas, que no son ricas, se estuvieron gastando por años sus pocos ahorros mientras esperaban? Tener todo listo para cuando se bajó del avión, requería de recursos y de trabajo intenso, no del simple aporte de horas libres, al menos del grupo organizador. ¿No supo que Rodrigo Penaillilo trabajaba full time y con oficina en la Fundación Dialoga, que es suya, para que se lanzara de candidata? Cuando él la visitó dos veces en Nueva York, ¿nada le dijo al respecto? ¿Tampoco ella se preguntó -para sus adentros- sobre cómo se financiaron los viajes?

Todo cuesta dinero. Es obvio que los candidatos presidenciales no están en el detalle, pero de ahí a sostener que no tienen responsabilidad por lo que hacen quienes construyen su plataforma, hay un trecho mayor. Existe una responsabilidad, al menos por omisión, por no haber fijado las reglas bajo las cuales se harían las cosas. Dejar hacer y no preguntar agrava la falta.

La Nueva Mayoría también se hace la "sueca" con Peñailillo. Todos clamaban porque Bachelet volviera, puesto que reconocían que sólo con ella podían retornar al poder. Y cómo creen que se hizo, ¿con pura buena voluntad? Porque los partidos de la Nueva Mayoría, salvo sus mejores intenciones, que se sepa no pusieron un peso para financiar la tarea que había que llevar a cabo para "convencerla". El Presidente de la Cámara de Diputados (PPD) dice que las actuaciones de Peñailillo "fueron a título personal y que esperamos que se aclaren lo más pronto posible". ¿A qué se refiere? ¿Realmente cree que podrá salir la explicación mágica que no ha salido hasta ahora y que lo aclare todo? Ello, cuando la información que se ha conocido hasta ahora demuestra en forma arrolladora lo contrario: no sólo son las boletas de supuestos estudios, sino que la sociedad de Martelli pagó los famosos pasajes, el teléfono personal de Peñailillo y hasta cubrió un déficit de caja del comando de campaña, entre otras cosas.

Todas esas explicaciones no se las creen ni ellos mismos y difícil que las compren los ciudadanos cada vez más informados. "Chile cambió", ¿no es eso lo que dicen cuando les conviene? Entonces, que asuman los costos políticos de lo que hicieron o dejaron hacer.

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