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Expertos prevén que Argentina intensificará trabas a importaciones por complejo escenario económico

En Chile, la preocupación del gobierno es alta y la presión de los privados ha crecido por las medidas <br>que podrían venir. El tema será clave en la cita que este martes  sostendrán el embajador Adolfo Zaldívar <br>con el secretario de comercio transandino, Guillermo Moreno.

EL escenario económico argentino no se prevé auspicioso este año. Los economistas vaticinan una desaceleración fuerte, de la mano de la ralentización internacional y las medidas internas, lo cual implicará mayores controles a las importaciones, tal como lo anunció la Presidenta Cristina Fernández, la semana pasada.

Este es un foco de preocupación para Chile. Los empresarios están intranquilos por las medidas que vendrán, pues hasta ahora las que se adoptaron el año pasado han podido sortearse en el análisis "caso a caso" entre las autoridades de ambos países.

Este procedimiento ha aumentado la carga de trabajo en Cancillería y, especialmente, en la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), donde se ha transformado en una prioridad de trabajo.

En la antesala de la visita de la Presidenta Cristina Fernández a Chile, donde probablemente el tema estará presente en su cita con el Presidente Piñera, este martes, a las 10 de la mañana, se reunirán en Buenos Aires el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno; el embajador Adolfo Zaldívar y el titular de la Direcon,

Jorge Bunster. En la ocasión, las autoridades chilenas expresarán la preocupación del empresariado y pedirán que se estandaricen los procesos "dentro de lo posible", dicen fuentes de Palacio. A la par, recalcarán que la balanza comercial sigue siendo superavitaria para Argentina, por lo que se cumple lo que Moreno busca: una mayor entrada de divisas.

La medida nueva más pronta a aplicarse por la repartición de Moreno son las Declaraciones Juradas Anticipadas (DJA) de servicios, que comenzarán el 1 de abril. Estas constan de un documento a llenar por el importador para las operaciones sobre US$ 100.000 anuales y abarcan desde operaciones informáticas hasta préstamos de jugadores de fútbol.

Esta medida encendió la preocupación en la Cámara de Comercio de Santiago, pues éstas alcanzaron realmente US$ 800 millones en 2011, mucho más de los US$ 140 millones que figuran en Aduanas, porque muchos de estos servicios no están catalogados.Hasta ahora, con los mayores controles vía "valores criterio" -que fija precios de productos-, Licencias

No Automáticas (LNA) -las que deben tramitarse ante la Secretaría de Comercio Interior para importar productos- y las DJA para bienes que se iniciaron en febrero, las exportaciones chilenas hacia Argentina no se han visto mayormente afectadas. En 2011 crecieron 19% (ver recuadro).

Argentina ha mostrado una buena disposición hacia el gobierno chileno, pues lo considera un socio estratégico. Ese país envió sobre US$ 4.700 millones en 2011, mientras las exportaciones chilenas fueron sólo de US$ 1.184 millones. Por ello, la balanza se inclina a su favor en US$ 3.200 millones.

La molestia política vecinalChile, hasta ahora, no ha planteado públicamente su preocupación, como sí lo han hecho Brasil, Uruguay y Paraguay. Esto tiene también una explicación política: a Chile también le conviene mantener buenas relaciones con el gobierno de la Señora "K", dado el complicado momento que se tiene con Perú y Bolivia por controversias limítrofes. Y, por el lado argentino, se busca mantener el apoyo de Chile en el caso de las Malvinas.

Distinta es la situación de Brasil, el mayor socio comercial de Argentina y donde este país tiene una balanza negativa de US$ 5.000 millones. El año pasado comenzó a operar una restricción que fija cupos para productos brasileños, especialmente en calzado, papel y autopartes. Esto ha llevado a duras críticas públicas del ministro de Industria, Fernando Pimentel: "Argentina ha sido un problema permanente. Tenemos buenas relaciones políticas, pero económicamente es difícil lidiar con ellos", declaró a Dow Jones.Paraguay se sumó a las críticas y anunció que negociará prerrogativas especiales para las exportaciones textiles.

"Vamos a plantear la adopción de medidas de excepción con respecto a productos paraguayos", sostuvo el secretario general de la Presidencia, Miguel López Perito, quien junto al ministro de Industria, Francisco Rivas, visitará en misión oficial al secretario Moreno en Buenos Aires la próxima semana, al igual que las autoridades chilenas.

En tanto, esta semana, el Presidente uruguayo, José Mujica, afirmó que "la relación con Argentina es complicada y compleja", y subrayó que las medidas que impone la Casa Rosada para tratar de salvaguardar el superávit comercial "mortifican".

Ante estas quejas, la Presidenta  Fernández defendió las medidas aplicadas para mejorar la balanza comercial en su discurso ante el Congreso el 1 de marzo. Aseguró que seguirán aplicando "políticas muy agresivas" e insistió en que las importaciones de Argentina crecieron 30% en 2011.

"Esta cifra responde a las voces que critican la defensa de la industria nacional y que dicen que la administración del comercio exterior es poco más que un sacrilegio", dijo.

Preocupación empresarial
Los empresarios chilenos están inquietos por lo que vendrá, pues las reglas del juego han cambiado rápidamente en los últimos meses y se espera que sigan escalando.

El presidente de la Sofofa, Andrés Concha, sostiene que "la preocupación es más bien alta.
Argentina tiene una mayor tendencia a implementar medidas en favor de los productores locales". Sobre las nuevas medidas, es claro: "No sabemos bien cuán profundas puedan llegar a ser. Es posible que el impacto sea asimétrico y que aquellos exportadores que compiten con productores locales se vean más afectados".

El timonel de los empresarios también destaca que la coordinación que han establecido con la Cancillería ha ayudado. "Nos reunimos con el ministro Alfredo Moreno para tratar este tema. La Direcon y la Embajada en Buenos Aires están monitoreando el tema al igual que nosotros", cuenta.
Proyecciones a la baja.

Para este año se prevé un escenario más complejo en Argentina, que el año pasado se expandió un 9%. Los economistas proyectan un crecimiento entre 3,5% y 5%. Esto, considerando una menor expansión mundial y los desequilibrios internos, como el deterioro de la cuenta corriente, la presión sobre el tipo de cambio y la alta inflación.

Sólo entre abril y junio se tendrá claridad respecto de las exportaciones de soja y trigo, los commodities que sostienen al país. El economista de la consultora Abeceb, Mauricio Claverí, afirma que debido a la sequía, la producción de la primera caerá un 8%, mientras que el trigo bajará 15%.

No obstante, hay que esperar todavía los precios internacionales.  Diego Giacomini, profesor de Política Monetaria en la U. de Buenos Aires, explica que como la sequía también afectó a Brasil, el precio podría ser mejor de lo esperado, lo que podría relajar las medidas.

El economista Lorenzo Sigaut, de Ecolatina, sostiene que en la medida que la oferta de dólares se debilite este año, "mayores serán las restricciones a la demanda necesarias para estabilizar el tipo de cambio y, por ende, mayor impacto sobre el nivel de actividad".

Sigaut añade que Argentina no puede obtener financiamiento externo desde 2000, por lo que la única salida para obtener dólares es mantener un elevado superávit comercial y de ahí que se traten de contener las importaciones.

A la par, Giacomini sostiene que el mayor problema del país está en "la inflación espeluznante". Mientras las cifras oficiales hablan de un IPC de 11% en 2011, las consultoras privadas aseguran que el índice estaría entre 25% y 30%.

Juan Pablo Fuentes, economista de Moody's, opina que "hay un atraso cambiario importante. El peso no se ha debilitado lo suficiente como para poder absorber la inflación", explica. Sobre los controles a las importaciones, cree que "será cada vez más difícil sacarlos. Para hacer frente a los desbalances económicos sólo se pueden establecer más".

El economista de Goldman Sachs, Alberto Ramos, sigue "con bastante preocupación las medidas restrictivas a los flujos de comercio de Argentina". A la par, ve que desde 2011 la economía se ha ido deteriorando.

Por ejemplo, la actividad creció sólo 5,5% en diciembre, lo que muestra una caída de 7,6% respecto de noviembre y se sitúa en el nivel más bajo desde enero de 2010. Esto se debe a una demanda externa más débil, una contracción en los commodities agrícolas, restricciones a las importaciones y pérdida de competitividad por la apreciación del peso. Goldman Sachs prevé que el país transandino se expandirá 4% este año, menos de la mitad que en 2011.

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