Los detectives ingleses que investigan la desaparición de la niña británica Madeleine McCann, cuyo rastro se perdió el 3 de mayo de 2007, en el sur de Portugal, aseguraron que la policía lusa no está recibiendo nuevas pistas y que da por muerta a la pequeña.

Según informó hoy el tabloide inglés Daily Mail, todos los testigos que se presentaron para prestar declaración por el "Caso Madeleine" fueron desestimados por la Policía de la región de Algarve.

Los agentes lusos desestimaron potenciales cuatro pistas por el paradero de Maddie, al indicarle a los detectives contratados por los padres de la niña los médicos Kate y Gerry McCann: "El caso está cerrado, ella (Madeleine) está muerta".

"En las últimas semanas, tres o cuatro personas contactaron a la policía portuguesa con información, pero se les dijo que no se preocuparan porque el caso estaba cerrado y ella estaba muerta", declaró una fuente cercana a la investigación.

Según el Mail, dichos testigos prestaron declaración más tarde ante los detectives contratados por los McCann.

Los padres de Maddie dijeron estar "furiosos" tras enterarse que la Policía portuguesa, que en teoría está aún a cargo de la investigación, se niega a aceptar nuevas pistas por el caso.

"Es francamente una desgracia. Va más allá de lo frustrante. Es exactamente la actitud contra la que habíamos luchado durante meses", declaró un amigo de la familia. "Ellos cerraron la causa y no están preparados a levantar un dedo al respecto", agregó.

Ayer, dos detectives privados empleados por la pareja británica intentaron infrustuosamente interrogar al pedófilo británico Raymond Hewlett, sospechoso por la desaparición de Maddie, quien está internado en un hospital de Alemania por un cáncer.

Hewlett, de 62 años y que vivía en la región del Algarve cuando desapareció Madeleine, había cumplido condenas en prisión por abusos sexuales a menores. El hombre rechazó ser interpelado por los detectives.