El fondo Halcón -administrado por Econsult- decidió salir de la propiedad de la Corporación Santo Tomás y zanjar así una serie de desencuentros con la familia Rocha, dueña de 73% de la institución educacional, por el manejo administrativo de entidad. avaluada en US$ 120 millones.

Halcón, socio de la institución educacional, con 15% de las acciones, envió esta semana una carta dirigida a todos los accionistas, anunciando su intención de ejercer su opción de venta. En ella señala que esta medida se toma por "distintos incumplimientos graves (por parte de la administración de la corporación)", los que han sido objetos de avisos de incumplimientos en diversas oportunidades y "que no han sido subsanados en los plazos correspondientes".

El precio puesto por Halcón al 15% de la Corporación Santo Tomás es de $10.431 millones (unos US$ 16,2 millones). De acuerdo al pacto de accionistas, la sociedad Angelicum -controlada en un 63% por la familia Rocha- "se encuentra obligada solidariamente a comprar la totalidad de las acciones y a pagarles el precio respectivo".

El plazo propuesto por el fondo comenzará el día 26 de enero y se cerrará el 28 de enero. En tanto, entre los días 29 de enero y 30 de enero, Angelicum, como 'obligado solidario' a favor de Halcón, deberá comprar el total del remanente no adquirido en los días previos.

La  Universidad Santo Tomás es controlada en un 73% por la familia del fallecido empresario Gerardo Rocha. Dentro de este porcentaje se incluyen Carla Haardt, ex mujer de Rocha; Karla y Gabriel Gerardo Rocha Haardt, quien ahora preside la Corporación Santo Tomás.

Además, están incluidos los hijos menores de edad de Rocha. En tanto, Rodrigo Alarcón, director ejecutivo de la corporación, tiene el 6%; Rodrigo Rocha Vera, hermano del fundador, el 5%, y el estudio Baeza y Compañía, el 1,9%. En el directorio de Santo Tomás José Ramón Valente representa los intereses de Halcón.

EL CONFLICTO
En el documento que Halcón envió el 30 de diciembre a los accionistas de Santo Tomás, detalla las veces que se avisó de incumplimientos al pacto de accionistas.

La primera llamada de atención, dice, se realizó el 1 de abril de 2008 a través de una comunicación a los restantes accionistas en la que dejaba constancia de   ciertos gastos "no propios del giro ordinario" y que el fondo gestionado por Econsult consideró incumplimientos graves al pacto. En ese momento Halcón solicitó que fueran subsanados en un plazo de 30 días hábiles.

Trece días después, la Corporación Santo Tomás reconoció "al menos parcialmente" -según expresa el escrito- los incumplimientos informados.  El 28 de mayo Halcón, los restantes accionistas y Santo Tomás firmaron un documento llamado "Addendum III", con el que prorrogaron hasta el 30 de noviembre de 2008 el plazo para que se remediaran los problemas.

El 28 de noviembre Santo Tomás respondió que no había incurrido en ningún incumplimiento, a diferencia de la respuesta dada la primera vez en donde sí había un reconocimiento parcial, de acuerdo a la carta. El segundo aviso de incumplimiento lo había dado Halcón el 7 de noviembre y  envió un nuevo aviso de incumplimiento. Esto, explica, porque Gerardo Rocha Haardt había informado al directorio su decisión de modificar los poderes existentes en la sociedad, para administrar con autonomía los bienes de la misma y destinar $ 90 millones de la caja de la universidad a gastos reservados de la presidencia que él representa.

La propuesta fue aprobada con tres votos a favor -el de Rocha Haardt, Rodrigo Rocha Vera, y el de Renato Nuño Luco- y dos en contra, uno del gerente general Rodrigo Alarcón, y el otro del representante de Halcón, José Ramón Valente. El fondo alegó que de acuerdo al pacto de accionistas, cuando adoptan acuerdos en materias relevantes, éstos deben contar con el voto a favor de Halcón, hecho que no ocurrió en esa oportunidad. El 12 de diciembre Santo Tomás respondió negando que existieran incumplimientos, afirma el documento.