Un tema cruzó ayer la habitual reunión de los lunes en La Moneda entre los ministros del comité político y los representantes de la Alianza: los costos que estaba arriesgando el Presidente Sebastián Piñera al enfrentarse directamente con la ex Presidenta Michelle Bachelet.

El problema para el gobierno se originó con la filtración la semana pasada del encuentro entre el Mandatario y los parlamentarios oficialistas en Cerro Castillo, donde Piñera les encomendó redoblar los esfuerzos de fiscalización sobre la administración bacheletista y les comprometió ayuda del Ejecutivo para ello.

El episodio fue mal evaluado en Palacio. No sólo porque el Jefe de Estado aparecía liderando la oposición contra su antecesora, quien figura con alto nivel de aprobación en las encuestas, sino porque le permitió a la Concertación cohesionarse detrás de la figura de la ex mandataria.

En la cita de ayer, donde estaban el timonel gremialista Juan Antonio Coloma y los jefes de bancada de la UDI (Patricio Melero) y RN (Mario Bertolino), estos hicieron una autocrítica respecto de que haya trascendido el discurso de Piñera. Entonces, los ministros asistentes -estaban Rodrigo Hinzpeter, Cristián Larroulet, Felipe Larraín y Ena von Baer- pidieron expresamente que no se vuelva a involucrar al Presidente en la labor fiscalizadora de los diputados.

En esta línea, al término de la reunión la vocera de Gobierno declaró que "los que están fiscalizando son los diputados. Quien nada hace, nada teme, por lo tanto, dejemos que cada institución cumpla su rol".

Aunque la decisión es no volver a comprometer a Piñera y a La Moneda en el tema, en el Ejecutivo se analizó la necesidad de exponer los problemas que han detectado del gobierno anterior. Así se ha hecho en los ministerios de Salud y Educación, donde los titulares sacaron a la luz diversas irregularidades en gestión. En el oficialismo tienen presente, en todo caso, que la ofensiva tiene riesgos, como tensar la relación con la oposición en el Congreso y victimizar a Bachelet (ver recuadro).

EL REGRESO DE LA EX PRESIDENTA

Ayer fueron los cuatro jefes de bancada de la Concertación y hoy serán los representantes de la oposición en el Senado quienes concurran en bloque a apoyar a Bachelet a su fundación Dialoga, ubicada en Avenida Francisco Bilbao.

En el sector han acusado a Piñera de liderar una "caza de brujas" y ayer el diputado Patricio Vallespín indicó que no correspondía "atacar de este modo a una mujer".

Pese a la reacción de la oposición, tras regresar de su viaje a Sudáfrica, Bachelet ha mantenido el discurso de que los diputados de la Alianza están en su derecho de fiscalizar la labor de su gobierno. El domingo, en un estelar de TVN, y ayer en su fundación, declaró -sobre la posibilidad de que se cree una comisión investigadora para aclarar los aportes a ONG de su gestión- que "entiendo perfectamente el rol fiscalizador que tiene la Cámara. Si espero que cuando se compruebe que las cuentas están claras, exista la nobleza de decir que a veces hay denuncias que no son fundadas".

Según explican en su entorno, la estrategia de la ex presidenta es que ella o sus cercanos salgan a responder todos los cuestionamientos en su contra -al contrario de lo que hizo el ex Presidente Ricardo Lagos, que mantuvo silencio cuando comenzaron las críticas a su gestión-, pero evitando confrontar a Piñera. En estos días, apenas ha insinuado reparos al actual gobierno.