Alberto Acosta era un jugador "duro". Pero el ex delantero lloró en Chile, y públicamente. Una vez, quizás la primera, fue cuando junto al resto del plantel cruzado acompañó el funeral de Raimundo Tupper, quien hace exactamente 15 años se suicidió, debido a una depresión endógena. Y es que el fallecimiento del "Mumo" fue un duro golpe, no sólo por las circunstancias en que se produjo, sino que por que era un jugador querido por los hinchas y por el medio deportivo.

El 20 de julio de 1995, la UC estaba en el Hotel Colón, de San José, Costa Rica. El plantel que dirigía Manuel Pellegrini realizaba una corta gira, aprovechando el receso, en la que jugarían ante los campeones de Guatemala y Costa Rica, Comunicaciones y Saprissa, respectivamente... Pero esos partidos no se disputaron. Pasadas las 9.30 de ese día, Tupper terminó su desayuno, se puso de pie lentamente y dijo a sus compañeros que subiría a tomar sol y que deseaba estar solo un rato. Serían sus últimas palabras.

Raimundo Tupper Lyon nació en Santiago el 7 de Febrero de 1969, en una familia de 5 hijos (4 hombres y una mujer). Estudió en el colegio San Ignacio e ingreso a las divisiones inferiores de Católica en 1980.

En 1985 debutó frente a Cobresal y en 1987 Luis Ibarra lo nomina a la selección chilena juvenil que obtendría el cuarto lugar en el Mundial realizado en Chile. Ese mismo años, además, la UC logra el título nacional. Diez años después, y cuando ya habían pasado dos de la muerte de Tupper, Acosta lloró otra vez públicamente. Fue en la cancha del Nacional, celebrando una nueva corona para la UC, que el atacante argentino le dedicó a Tupper.