Histórico

Incendios y patrimonio nacional

Señor director:

Sólo este año se han quemado el Palacio Aldunate, Palacio Iñiguez, el Liceo Amunátegui, en Santiago; la histórica Casa Hodkinson, en Graneros; 10 casas en el sector patrimonial Beltrán Mathieu, en Talcahuano; la Iglesia San Francisco, en Valparaíso. Dos años atrás, la Iglesia de las Hermanas de la Providencia, también en Santiago, fue destruida por el fuego.

¿Cuántos edificios patrimoniales más se convertirán en humo y cenizas en los próximos años? Quién lo sabrá. Lo que sí se sabe es una fácil y económica medida que permite controlar rápidamente un incendio en su etapa inicial y que reduce la probabilidad de una pérdida total del edificio: rociadores automáticos. Hace unos meses, el Minvu determinó que después del incendio en la Cárcel de San Miguel (2010), todos los penales deberán contar con estos dispositivos para protección de la vida de los reclusos. De la misma forma, aplicando los tres principios básicos del manejo de emergencia: proteger la vida, contener el incidente y proteger la propiedad y medioambiente. Una determinación similar se podría hacer para preservar el patrimonio arquitectónico nacional, para que futuras generaciones las puedan conocer y disfrutar.

Rodrigo A. Nicolau del Roure
Jefe de División Protección Civil, Onemi 2010-2011

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