Jaime Bayly, escritor peruano: "Al final siempre prevalece el caos"
El autor ficciona su vida de periodista bisexual y su nuevo matrimonio en El niño terrible y la escritora maldita.

Vive en Miami, pero también en Lima, donde hoy están sus dos hijas y Casandra, su ex mujer, de quien está divorciado hace una década. Jaime Baylys, un periodista cuarentón que ha logrado reunir cerca de 2 millones de dólares con su trabajo de presentador estrella de televisión, ahora busca comprar, en la capital peruana, dos penthouses. Uno para sus hijas, Carmen, Pilar y su celosa ex mujer, y otro para él, que sirva para quedarse cuando llegue a visitarlas desde EE.UU.
“Soy un charlatán. Me gano la vida hablando en mi pequeña iglesia errante que es el programa de televisión”, anota Baylys. “Estaba harto de viajar todos los fines de semana entre Miami y Lima, entre Lima y Buenos Aires, entre Lima y Bogotá. Me había pasado muchos años viajando como un demente y ya no podía más de aviones y aeropuertos”, escribe el protagonista de El niño terrible y la escritora maldita, la última novela del narrador peruano Jaime Bayly (nacido en Lima el 19 de febrero de 1965), cuyo nombre con el personaje de su historia solo se diferencia por una “s” en su apellido.
Después de publicar 15 novelas, de obtener con La noche es virgen el Premio Herralde 1997, ahora el polémico periodista bisexual ficciona sus agitados últimos años en su nuevo título, que llegará a librerías de Hispanoamérica el 5 de abril, publicado por Ediciones B.
En El niño terrible y la escritora maldita, Bayly se refiere a su tormentosa separación, a los conflictos con sus hijas, al hombre argentino con el que estuvo por muchos años -que en la novela se llama Leopoldo Camacho-, y a su nuevo amor, la veinteañera autora maldita Lucía Santamaría.
“Si me preguntas cuánta ficción hay en este libro, entendiéndose ficción como puras mentiras o inventivas maliciosas, diría que solo la letra ‘s’ al final de mi apellido. Y los nombres cambiados de mis hijas, mi ex esposa, mi ex novio y mi actual esposa. Todo lo demás, o casi todo lo demás, me parece que ocurrió tal cual lo he contado”, dice Jaime a La Tercera, quien aparece en la portada de su novela junto a su nueva mujer, Silvia Núñez, 23 años menor que él y autora de tres libros. Ambos se casaron en 2011. El escándalo atravesó las fronteras del Perú.
Actualmente Bayly vive en Miami junto a su familia, pero sigue estando en el centro de conflictos en su país. Ya sea por apoyar la candidatura presidencial de Keiko Fujimori -hija de Alberto Fujimori- o por sus columnas en el diario Perú 21, de donde fue despedido en enero pasado luego de que un lector lo acusara de escribir “textos asquerosos” y de tener “una mente enferma”.
El porfiado
El niño terrible y la escritora maldita está dedicado a Silvia y a la hija de ambos, Zoe, hoy de 5 años: “Esta es la historia de cómo llegaste al mundo”, apunta. Luego, un epígrafe de William Faulkner: “El artista es responsable solo ante su obra. Si es un buen artista, será completamente despiadado...”.
¿Pensó que causaría tanto revuelo su relación con Silvia?
Sí, el escándalo mediático era previsible. Yo tenía 45 años y ella, apenas 22; yo tenía un novio público, oficial, fuera del armario, con quien había sido muy feliz, y ella tenía un novio motociclista; mi hija mayor tenía 17 años, solo 5 menos que mi novia; yo quería ser presidente y ella no quería ser primera dama. Lo que no imaginé es que enamorarme de Silvia provocaría unas reacciones tan feroces en mi novio y mi ex esposa, y que por desgracia me alejaría unos años de mis hijas.
¿El libro es también un ajuste de cuentas?
Sí. Toda tentativa de expresión artística es, creo, una forma de repensar el pasado y tratar de ordenarlo con una mínima racionalidad. Pero, al final, no se puede. Al final siempre prevalece el caos. Por cada pregunta que intentas responder, surgen tres preguntas más. Y me repito las palabras de un amigo muy cínico: “Lo que ocurre, conviene”. Aun si en ese momento pareció inconveniente.
¿Qué ha significado la literatura para Ud.?
Tal vez las horas más gloriosas. El tiempo que cada día dedico a escribir, o a leer ficciones, o a ver ficciones, puede que sea, objetivamente, el más placentero, el más perfecto. Espero con impaciencia encerrarme a escribir o, a medianoche, después del programa, encapsularme en la burbuja de una ficción. Me propuse ser un escritor cuando tenía 25 años y vivía en Lima; mi primera novela fue publicada cuando tenía 29 y vivía en Washington; desde entonces he publicado 15 novelas, seguramente un exceso; dos de ellas han sido llevadas al cine y una tercera va en camino de convertirse en película; tengo ya 51 años y puedo decir con gran orgullo que llevo media vida porfiando por ser un escritor.
¿Por qué apoya a Keiko Fujimori?
Porque Keiko es, me parece, la mejor de las opciones en juego. Admiro la fortaleza de su carácter. Cuando su padre escapó, ella se quedó. Cuando su padre fue a la cárcel, ella regresó. Estoy seguro de que no repetiría los vicios, abusos y tropelías en que incurrió la dictadura de su padre. Discrepamos en muchos asuntos que atañen a la libertad personal, pero, en general, la encuentro seria, consistente, confiable. Y es mi amiga. Ya estoy cansado de que los gobiernos peruanos sean mis enemigos y me persigan con argucias y triquiñuelas.
¿Qué le pareció la última novela de Mario Vargas Llosa?
No he leído Cinco esquinas. Tengo muchas ganas de leerla. Pero ahora me encuentro con Vargas Llosa todas las semanas cuando leo la revista Hola! Me hace muchísima gracia verlo posando en casa de Isabel Preysler, no sé si con ropa del finado Boyer, diciendo que Hola! “es un fenómeno cultural de nuestro tiempo”. Parece que a don Mario al final le ha terminado gustando “la civilización del espectáculo”. Quién podría criticarlo por eso.
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