Histórico

Joaquin Phoenix: crónica de una gran mentira

Anoche, el actor volvía al programa de David Letterman, donde en 2009 dio una recordada e incoherente entrevista sobre su "retiro".

Que Joaquin Phoenix (35) apareciera anoche en el late show de David Letterman, para promocionar su última película, no debería tener nada de particular. Es el procedimiento de rigor para los actores con algún proyecto que publicitar. Pero en realidad, su participación serviría como broche de oro para el camino que comenzó en ese mismo programa, el 11 de febrero de 2009. Ese día, el actor nominado dos veces al Oscar (por Gladiador y Johnny y June) protagonizó una de las entrevistas más desconcertantes de la historia del programa. Desde que se sentó en el sillón frente al conductor, con una frondosa y descuidada barba y lentes oscuros, hasta que fue despedido por Letterman con un "lamento que no hayas podido estar aquí", el actor se mostró monosilábico, desconectado de lo que sucedía e incoherente.

Esos 10 minutos en pantalla se convirtieron en la más recordada aparición de Phoenix, que desde entonces era seguido por cámaras para un documental llamado I'm still here, registrando la versión más extrema y demencial de sí mismo, luego de que anunciara su retiro del cine para iniciar una carrera como cantante de hip hop, que lo tuvo en penosas presentaciones en vivo, seguidas muy de cerca por la prensa estadounidense, que contaba minuto a minuto la debacle del hermano de River Phoenix. El ocaso del, para muchos, mejor actor de su generación, que ahora lucía con sobrepeso y decadente.

Pero el documental, en rigor, era un mockumentary. Un falso documental. Una farsa de la que sólo estaban enterados Phoenix, su agente y el director de la cinta y cuñado del actor, Casey Affleck. Una performance artística que había partido en octubre de 2008, cuando anunció su "retiro".

"Es el papel de su carrera", dijo Affleck al diario The New York Times, en una entrevista el viernes pasado, donde aclaró que nada de lo que se veía en I'm still here era auténtico. Una opinión que diarios como El País o revistas como Entertainment Weekly compartieron, con una buena dosis de humor negro. La admisión por parte del realizador se hizo necesaria luego de que la duda persistiera. No se había aclarado, como se esperaba, cuando Affleck y compañía exhibieron el primer corte del filme a las posibles distribuidoras, en mayo de este año. Ya sea por estrategia de marketing o porque realmente no fueron capaces de distinguirlo, cuando Magnolia Films se adjudicó la cinta la etiqueta "documental" se mantuvo. Claro que la revelación del material causó más alarmas y especulaciones sobre qué era lo que pasaba con Phoenix. Si hasta ese momento sólo se le había visto incoherente y agresivo en un par de apariciones públicas, la película lo mostraba en todo tipo de situaciones extremas: teniendo sexo con prostitutas, aspirando cocaína, en peleas, llorando, en escenas escatológicas y maltratando a sus empleados.

Este mes, el estreno del filme en el Festival de Cine de Venecia tampoco aclaró las dudas. Es más, Casey Affleck insistió que "no se trata de un engaño". La cinta logró críticas divididas y, tras su lanzamiento en salas en EE.UU. con una taquilla desastrosa, no había consenso sobre si lo visto era real o no. "Si la película es una actuación, es digna de un Oscar. Esto no es Borat: si Phoenix se está riendo de algo -¿el culto a la fama, tal vez?- no queda claro de qué", dijo el Washington Post. Mientras que Los Angeles Times apuntó: "Aunque I'm still here puede ser persuasiva, cuando termina queda la sensación de que lo que vimos es un convincente engaño, una falsificada realidad, oscura y deprimente, donde resulta mucho más interesante especular sobre ella que verla".

Affleck, en todo caso, ha dicho que la intención "nunca fue engañar a nadie" y recalcó al New York Times que siempre pensaron que el filme revelaría por sí solo que se trataba de ficción. "Queríamos crear un espacio en que creyeras que lo que estaba pasando era real", admitió el protagonista de Desapareció una noche, pero, explicó, el montaje de I'm still here incluía técnicas diseñadas para revelar que nada era verdadero, aunque sin explicitarlo. "Quería que la audiencia experimentara la narrativa, sobre la desintegración de la fama, sin ideas preconcebidas", dijo, agregando que hasta las películas caseras que se ven al comienzo del metraje fueron hechas con actores, entre ellas, donde el actor aparecía con supuestos familiares.

El propio Phoenix no ha revelado sus intenciones, pero se esperaba que sus apariciones en Late show with David Letterman, anoche, y en Jimmy Kimmel Live, el viernes, dieran pistas. El, por mientras, ya se ha dejado ver sin barba, repuesto en sus kilos y de traje impecable en un par de eventos. Y su carrera actoral, que no piensa dejar, parece no haber sufrido. La revista New York reveló ayer que hay conversaciones para que Phoenix se haga cargo del papel del amante de J. Edgar Hoover en la cinta biográfica sobre el fundador del FBI, Hoover, que prepara Clint Eastwood, con Leonardo DiCaprio en el rol principal. Además, el actor figura en el reparto de Big shoe, una cita independiente de Steven Shainberg (La secretaria), que protagonizaría junto a Mia Wasikowska (Alicia en el país de las Maravillas). Su nombre, además, se ha rumoreado para liderar The Odd Life of Timothy Green, de Disney. Como para dejar en claro que Phoenix, de loco, no tiene ni un pelo.

¡Oferta especial vacaciones de invierno!

Plan digital $990/mes por 5 meses SUSCRÍBETE

Servicios