Edad, color de piel, pobreza, o apariencia. Por estos y otros motivos los jóvenes sudamericanos se sienten discriminados por las sociedades en que viven. Un tema no menor, considerando que son al menos un cuarto de la población total de la región.

Así lo comprobó el estudio Juventudes de América, realizado por el Instituto Brasilero de Análisis Sociales y Económicas que entrevistó a 14 mil personas entre los 18 y 60 años en Argentina, Brasil, Paraguay, Chile, Bolivia y Uruguay.

Los datos son reveladores: mientras los jóvenes bolivianos -de entre 18 y 29 años- son los que se sienten más discriminados en la mayoría de las 10 categorías evaluadas, los uruguayos son los que experimentan menos segregación. ¿Y los chilenos? En los ítemes de raza y sexualidad muestran sus mejores índices, mientras que en apariencia (15,3%) y pobreza (25,1%) se ubica en segundo lugar, bajo Bolivia, y lidera en la segmentación por  edad (20,9%).

EL PODER DE LA IMAGEN
Que los jóvenes chilenos se sientan discriminados por su apariencia no llama la atención de los expertos  que califican a la "imagen" como la forma más importante de validación y ascenso social en nuestro país. "Nuestra sociedad ha ido construyendo progresivamente el tema de la estética, la ha ido colocando al centro de los modos de relación social", dice Oscar Aguilera, investigador del Departamento de Sociología de la Universidad de Chile. Eso significa que el uso de un determinado estilo de ropa, corte de pelo o modo de expresión corporal marca no sólo una frontera  visual, sino también social y por tanto de aceptación o rechazo del grupo.

Aguilera lo explica con el actual fenómeno de la moda flaite. En sectores populares, éstos acceden a estatus dentro de su grupo social al usar vestimenta de ciertas marcas. Sin embargo, basta que salgan de su entorno, para que a partir de la misma imagen los cataloguen de inmediato y los discriminen, generando tensión y en muchos casos violencia, agrega.

El dato de la pobreza va unido a lo anterior y al modelo de la sociedad chilena altamente estratificada socialmente. No por nada un 25% de los encuestados se siente excluido por "ser pobre", categoría del informe donde Chile está por sobre la media regional, ya que en países como Argentina o Uruguay sólo el 12% se siente excluido por ese motivo.  Eso, considerando, además que la discriminación, en general, se da mayoritariamente en las clases más bajas.

Sentirse discriminado por la edad se produce en casi todos los países, sobre todo en Chile, y según Aguilera se debe a que todas las reglas y patrones sociales están hechos para los adultos y se dan paradojas tales como que a los 14 años tienen responsabilidad penal, pero no la libertad para emprender proyectos económicos o aventuras personales, lo que es visto por ellos como una exclusión.