La historia de los chilenos que conquistaron una de las montañas más altas del mundo
Tres amigos conquistaron en junio, después de dos meses de expedición, el Gasherbrum II, de 8 mil 34 metros de altura, el 13° más alto del mundo. Sufrieron el frío y algunas bajas, pero finalmente lo lograron. Aquí su aventura.

El monte Everest, ubicado en el Himalaya, con sus 8.848 metros de altura es el más alto del planeta. Dentro del cordón montañoso asiático se ubican varios de los '8 mil', picos llamados así por superar los 8 kilómetros por sobre el nivel del mar. Junto a él, un poco más abajo, se encuentra el Gasherbrum II (o G2) que con sus 8.034 metros es el 13° más alto del mundo; el desafío que hace unos meses conquistaron tres chilenos.
"Siempre fue un sueño para nosotros y lo quisimos realizar cuando saliéramos de la universidad. Había que hacerlo", recuerda Martín Gildemeister. Y lo consiguió. En dos meses de viajes, ascensos y descensos por el Himalaya, él junto a Tomás Vial y Rafael Matte posaron la bandera chilena en lo más alto del G2, guardando una historia inolvidable y un nuevo hito en el montañismo nacional.
Los tres amigos se conocieron en la carrera de Ingeniería Civil en la Universidad de Los Andes. Allí, comenzaron a participar de distintas expediciones dentro de Chile, Argentina y Bolivia. En una de esas expediciones fue donde conocieron a Ernesto Olivares, quien fue "vital en esta empresa", reconocen.
"Fue un desafío importante porque además de sólo subir, quisimos hacerlo de la forma más pura: sin oxígeno adicional y sin porteadores de altura (profesionales especializados en dar ayuda con la ruta y cargando el equipamiento)", asegura Gildemeister.
Ascender sin mayores ayudas 8 kilómetros no es tarea sencilla. Y aunque lo hicieron en la época estival asiática, los termómetros marcaron como promedio los -15°C. Para aclimatarse a la temperatura, la falta de oxígeno y preparar bien la ruta, los tres debieron ascender y descender tres veces. Fue en la cuarta ocasión -"maratónica", recuerdan- en la que pudieron finalizar el objetivo trazado.
Llegar a la cúspide fue simbólico para el equipo, pues, en primera instancia, el médico decidió que Tomás coordinara todo desde la base (a 7 mil metros de altura), mientras Rafael y Martín serían los encargados de coronar la conquista.
Uno de los problemas durante toda la expedición fue lo blando de la nieve, por lo que los ascensos debieron ser en su mayoría en la noche (9 PM). Así lo hicieron también la noche del 15 de junio, en la que completaron los 8.034 metros del G2.
"Rafael me dijo que no lograría terminar el ascenso y la bajada, por lo que -casi llegando a los 7.800 msnm- en una sabia decisión prefirió bajar, pero fuimos los tres quienes llegamos, porque sin el trabajo en equipo no lo hubiésemos conseguido", cierra Gildemeister, quien junto a su equipo ya piensa en la próxima cumbre a conquistar.
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