La Juana, una isla a pasos de Buenos Aires
Una necesaria escapada hacia la playa, el río y el relajo para los miles de turistas que viajan allende los Andes.
La capital trasandina es por lejos uno de los destinos favoritos de los chilenos gracias a su amplia oferta turística. Pero como toda gran metrópolis, puede generar cierto grado de estrés y la necesidad de aire fresco se convierte en un objetivo. A 50 kilómetros al norte de Buenos Aires se ubica la ciudad de Escobar. Embarcándose en el puerto de esta localidad y a 20 minutos de navegación (y a una hora aproximadamente del famoso Tigre), arribará a un lugar que ofrece los privilegios de estar en una isla desierta. Cruzando el delta del río Paraná de las Palmas, que abarca 14 mil km cuadrados y se extiende por 320 km, el paisaje que se impone son una serie de islas abundantes en vegetación.
Es en este sitio donde se encuentra -y a orillas del río Carabelas- Reserva La Juana que ofrece todo lo que se requiere para olvidarse del ruido de las callecitas de la ciudad. Sus 60 hectáreas forman parte de un área protegida por la Unesco y es ideal para realizar caminatas, excursiones en bote o kayaks, safaris fotográficos (ojo con las nutrias de río, coipos, "lobitos" de río, los ciervos de pantano y las miles de aves), experimentar una placentera y relajada tarde de pesca junto al río, aprovechar la playa de mil metros o escuchar antiguas historias de piratas.
Esta zona de Argentina, en la época colonial, fue utilizada por las embarcaciones (carabelas) para hacer un receso y seguir su camino hacía Buenos Aires o Paraguay. Los barcos se quedaban en el río Carabelas (donde se ubica la isla Margarita y reserva La Juana) a esperar por mejores condiciones meteorológicas.
Era precisamente en este lugar donde las embarcaciones eran atacadas por piratas, puesto que, y gracias a la abundante vegetación y la extensa red de canales, los malechores lograban esconderse junto con sus botínes.
Se intentaron muchas fórmulas para solucionar el problema, pero lo que dio mejor resultado fue colonizar esta zona. Hacía fines del siglo XIX se decidió vender a precios muy bajos e incluso regalar estas tierras a inmigrantes europeos para terminar con la amenaza de los corsarios. Muchas de estas colonias, como los vascos, aún subsisten en este sector.
La quinta donde está ubicado el complejo data de comienzos del siglo XX y fue el lugar elegido por un grupo de monjes para instalar su monasterio y hacer sidra, entre otras actividades. Una de las casas construidas por los monjes fue refaccionada y hoy se encuentra disponibles para los turistas como cabaña. Las otras cuatro de estilo isleño están equipadas para 2, 4 y 6 personas, con un deck hacía el río que incluye parrilla y completamente equipadas entre limoneros, manzanos y robles de más de cien años. Para quedarse 2 días y 1 noche el costo es de US$ 250 para dos personas, incluyendo desayuno y el uso de todas las instalaciones. Por día adicional se cobra US$ 70.
Asimismo, se encuentran disponibles expediciones de ecoturismo que incluyen el traslado por el río, saliendo del puerto de Tigre, comida, merienda y un guía turístico. Este paseo por el día cuesta US$ 70 por persona. Más información y reservas en www.reservalajuana.com.ar.
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