La lucha contra la escasez en Venezuela
El papel higiénico se ha convertido en el protagonista del desabastecimiento en Venezuela. Junto con el azúcar y la harina, son los productos que más escasean en ese país. Trueques por Facebook o darles propinas a los empleados de los supermercados, para que avisen por mensajes de texto de la llegada de stock, son algunos de los métodos para sortear esta crisis.

La búsqueda de papel higiénico se ha tornado en una postal repetida estos días en los supermercados venezolanos. Convertido en "protagonista" del desabastecimiento en Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro se vio obligado a importar 50 millones de rollos para combatir la falta de este producto, que junto con el azúcar y la harina son los que más escasean en el país.
"Lo que me ha afectado directamente es la escasez de papel higiénico", relata a La Tercera Mariana Caprile, quien trabaja en una editorial en Caracas. "Desde hace unas tres, cuatro semanas, cuesta conseguirlo y cuando llega a las perfumerías y supermercados, racionan su venta. Generalmente, permiten hasta dos paquetes de cuatro rollos cada uno. ¿Qué se hace para sustituirlo? Pues a mí me ha tocado usar servilletas", confiesa sin tapujos. En ese sentido, el periodista venezolano Boris Muñoz cuenta en un reciente artículo que el dueño de un café en Caracas le pidió disculpas por sólo darle una servilleta. La razón: los clientes habían empezado a llevárselas a casa como sustituto del papel higiénico.
¿Pero cómo hacen los venezolanos para abastecerse de éste y otros productos de primera necesidad? "Pues yendo a los Mercal y Pdval (redes gubernamentales de distribución de alimentos) y hacer gigantescas colas para comprar algunos de estos productos", asegura Jesús Hurtado, periodista especializado en temas de abastecimiento del diario caraqueño El Mundo. Gustavo Bandres, fotógrafo de otro periódico local, agrega que "las personas tienen que ir a varios mercados para conseguir lo que necesitan". "En un mercado puedes comprar mantequilla, en otro café, en otro azúcar y así con otros productos. Las familias que se componen de tres o más adultos se dividen y así van a varios mercados para conseguir lo que necesitan", comenta.
Si alguien no está dispuesto a hacer colas de cinco horas, como las que hace Ivonne López para comprar la harina de maíz precocida que necesita para hacer las arepas (plato tradicional venezolano) que vende en su casa, se puede recurrir a otra estrategia habitual que es darles propina a los empleados para que avisen por SMS (mensajes de texto) una vez que llegan los productos más buscados. "Si no tienes quien te avise por mensajito, tienes que ir temprano", aconseja una dueña de casa citada por la cadena BBC.
"Las personas hacen cualquier cosa que se les ocurra para conseguir un producto. Por ejemplo, a través de Facebook, una mujer ofrecía cambiar harina de maíz precocido por papel higiénico", señala Bandres. La otra alternativa, apunta Hurtado, es simplemente pagar los productos "a precio de oro en el mercado negro, donde siempre se consiguen". "Todos los productos de la cesta básica tienen los precios regulados, así que algunos especuladores (los llamados buhoneros) los venden a mayor precio en la calle", agrega Bandres. Este último también comenta que "en el interior del país el desabastecimiento es muy alto, así que muchas personas vienen a Caracas a visitar a sus familiares y se quedan varios días buscando comprar los productos que no pueden conseguir allá". "También se ha puesto de moda enviar paquetes con productos hacia el interior, desde Caracas", dice Hurtado.
"Es importante dimensionar el tema. No es verdad que la gente esta pasando hambre o en crisis total", aclara el analista político Luis Vicente León, quien agrega que "los repuestos y los autos son otra crisis abierta". Y el politólogo Christian Burgazzi apunta que "hay un desabastecimiento mucho más grave: el de los medicamentos críticos para la salud".
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