Histórico

La Pérgola de las Flores se prepara para cumplir 50 años

<p>En 2010, la exitosa obra se remontará en la sala Camilo Henríquez, donde se estrenó en 1960. La actriz Carmen Barros y la dramaturga Isidora Aguirre, sobrevivientes de la versión original, recuerdan las historias no contadas del montaje.</p>

La pérgola de las flores le salvó la vida a Isidora Aguirre, su autora. En 1974, cuando la dramaturga renovó su pasaporte, tardaron más de lo normal en entregárselo. Creyó que la acusarían de comunista y realizar viajes a La Habana,  invitada por Casa de las Américas, motivos por los que ya la habían dejado fuera de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. Sin embargo, un funcionario policial que la atendía se puso de pie y le dijo en tono solemne: "Usted no está fichada. Todo Chile se saca el sombrero ante la autora de La pérgola de las flores".

Al parecer, la obra era la favorita de los militares, según recuerda la propia escritora: "Tenía fuero. Siempre he sido comunista y por eso me echaron de todos los teatros. Me pudo haber ido muy mal después del golpe, pero nunca me pusieron en la lista negra. Los militares la consideraban una obra patriótica".

Estrenada el 1960,  la pieza chilena más vista de la historia, con un público calculado en un millón de personas, cumple 50 años en 2010 y se reestrenará el 9 de abril próximo, bajo la dirección de Ana María Vallejo. El lugar será precisamente en el Teatro Camilo Henríquez, la sala de calle Amunátegui donde se presentó por primera vez hace cinco décadas. El elenco tentativo estará compuesto por Ramón Núñez, en el papel del alcalde; Esperanza Silva, como Laurita Larraín, emblemático rol de la fallecida Silvia Piñeiro, y Gabriela Aguilera, como Carmela. 
"El gran éxito del montaje original, con giras a España y América Latina, radica en su historia, que toca todas las capas sociales", recuerda la actriz Carmen Barros. "En el estreno, Ana González se enfermó y la tuvo que reemplazar Nelly Meruane. Yo venía de otra comedia musical muy exitosa, que era Esta señorita Trini, y me llamaron para interpretar a Carmela, papel que hice por 10 años".

Isidora Aguirre recuerda que demoró cuatro años en ser convencida de escribirla. No le interesaba el género ni el tema, inspirado en un hecho real. Rechazó el encargo, pero nuevamente se lo encomendaron, tras la partida a España del nuevo dramaturgo a cargo del proyecto, Santiago del Campo. Sólo la petición de Eugenio Dittborn, director del Teatro de Ensayo de la Universidad Católica, la persuadió, a pesar de estar embarazada de su hija Carole. "Al nacer, mis otros hijos me quitaban la máquina de escribir donde creaba la obra y me ponían a mi hija para que le diera pecho", señala Aguirre.

Como era una comedia musical, la trama debía terminar con un final feliz. Revisando archivos, la autora descubrió un dato que le ayudaría a ese happy end: las floristas de Santiago lograron una prórroga de 15 años antes de que su pérgola fuera demolida para ensanchar la Alameda. Así se decidió ambientar la historia 14 años antes de su ocaso, ocurrido en 1944, cuando las vendedoras fueron desalojadas por la fuerza pública para derribar el lugar.

Para los personajes populares, la autora cuenta que se inspiró en trabajadoras de la Vega Central y de la nueva Pérgola de las Flores, ubicada a un costado del río Mapocho. Para los roles aristocráticos se fijó en su entorno familiar, de donde rescató modismos de clase alta de la época, como "picho caluga".

En el caso del personaje de Carmela, Aguirre evocó una imagen de infancia. Una huasita con chupalla y canasto, recién llegada del campo, detenida en una calle sin atreverse a cruzar el tráfico. "Atemorizada, daba unos pasos, retrocedía y volvía atrás a la vereda. Me acerqué a ella, la tomé del brazo y la ayudé a cruzar", recuerda Aguirre.

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