La renovada apuesta de Vial y Palma por La Polar
El socio de LarrainVial y el dueño de Wenco elevaron su participación en el retailer, convencidos de las buenas perspectivas de la compañía. Los accionistas, que junto a los hermanos Delfau tienen el 23,74% de la firma, apuestan a que el 2017 será el año de las cifras azules.

Para Leonidas Vial Echeverría, su inversión en La Polar está lejos de ser un negocio para ‘llegar y llevar’. Para el socio de LarrainVial y de CIC, el otrora eslogan que caracterizó a la multitienda va en la dirección contraria al rumbo que ha buscado imprimir a su inversión. Hace una semana, el empresario renovó su apuesta por la multitienda y se transformó en su mayor accionista. A través de la sociedad Rentas VC, compró un paquete de 5,36% de la empresa y se quedó con el 14,49% de la firma. La operación significó un desembolso de US$ 4,7 millones.
En paralelo a esa jugada, se concretó un segundo movimiento de aumento de posición, que involucró a otro accionista de la firma, Anselmo Palma, dueño de Wenco. El empresario ingresó este año al retailer, como también lo hicieron los hermanos Fernando y Alberto Delfau. A través de Asesorías e Inversiones DP, los Delfau y Palma pagaron US$ 5,2 millones por el 5,99% de la empresa, quedándose con el 9,25% de la firma.
El grupo de empresarios conformado por Vial, Palma y los Delfau ahora controla el 23,74% de las acciones. Y como mayoritarios que son, monitorean de cerca la performance de la empresa y están pendientes de cómo evolucionan sus guarismos, revela una fuente de la compañía.
Aunque Vial suele repetir que no participa directamente de la empresa, sí lo hace su hijo Manuel José Vial Claro en la mesa directiva. Palma y Fernando Delfau también la integran.
Detrás de las operaciones bursátiles de hace una semana, está el convencimiento de Vial de que lo que viene para La Polar sólo puede ser ‘una recuperación’, aseguran en el entorno del empresario. Cercanos señalan que tiene una optimista visión de largo plazo y que su intención es quedarse en La Polar por un buen tiempo. “Hay una intención de largo aliento, Vial y Palma creen que La Polar tiene buenas oportunidades”.
Una espera a la que no estuvo dispuesto Raimundo Valenzuela, que se desprendió de la mitad de sus acciones, al venderles el 4,3% a Vial, Palma y Delfau. En todo caso, Valenzuela conserva otro 4,3%.
El retailer redujo sus pérdidas el primer semestre en 36%, al pasar de perder US$ 14,1 millones a junio de 2015, hasta registrar una merma por US$ 8,9 millones a igual mes de este año.
Vial y compañía tienen tácitamente definida una fecha para revertir esos números y poder crecer con rentabilidad: 2017. “Están seguros de que La Polar será una compañía con utilidades de todas maneras en 2017”, asegura un integrante del gobierno corporativo.
Tres son los indicadores que para Vial son claves de mejorar: el margen bruto de ventas, reducir los gastos por venta y rentabilizar los metros cuadrados.
Al menos por ahora y considerando que el retailer cuenta con accionistas dispuestos a ‘dar vuelta la compañía’, el directorio, que el año pasado había formado un comité especial para la búsqueda de un socio estratégico, ha puesto una pausa a ese proceso. La premura, aseguran en la mesa, ya no es tal.
La mirada del mercado
La Polar está bien encaminada, pero aún tiene vallas por superar. Así lo cree Maricela Plaza, subgerenta de Corporaciones de ICR Clasificadora de Riesgo.
“La evolución de La Polar sería paulatinamente positiva, en la medida en que continúe enfocándose en la eficiencia para disminuir los altos costos. En ningún caso se espera que la situación financiera evidencie un cambio relevante al corto plazo, sino que las mejoras se vayan evidenciando trimestre a trimestre, tal como ha ocurrido hasta ahora”, apunta.
Explica que por el lado operacional, la empresa tiene eficiencias factibles de materializar y sobre las cuales ha estado trabajando, como la optimización de las tiendas, uso óptimo de tecnología, distribución a menores costos y manejo de inventario, entre otros. Otros focos relevantes para la compañía, menciona, son el aumento de las ventas por metro cuadrado en el negocio retail -siempre bajo un escenario de control de costos- y el aumento de las colocaciones en el negocio financiero, sin que ello signifique un aumento en el riesgo.
“Desde el punto de vista financiero, luego de la reestructuración que realizó la compañía a través de sus bonos convertibles en acciones, los gastos financieros han disminuido sustancialmente, pero el desafío de la administración es tener acceso a capital de trabajo en el mercado a mejores tasas que en los años anteriores”, apunta Plaza. En parte, dice, la compañía ha avanzado en este punto: durante el primer semestre cerró refinanciamientos sobre dos de sus tiendas, lo que permitió acceder a mejores tasas, destaca.
Enumera otro desafío relevante: “Que la adquisición de deuda para el crecimiento del negocio vaya en línea con la generación de flujos de la compañía”. Ambos focos, detalla, operacional y financiero, van unidos y generan un círculo virtuoso: mientras mayor sea la mejora operacional que logre generar la empresa, mayor acceso a financiamiento para el crecimiento del negocio, plantea.
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