Las claves del gran salto polaco en educación

El sistema se basa en tres fases donde se acorta la etapa primaria, se agrega una intermedia y se le da mayor énfasis a la secundaria. Resulta fundamental el control de las autoridades y una mejor preparación de los profesores.




Para mejorar sustancialmente la calidad de su educación, gracias a lo cual incluso supera la media de los países de la OCDE en los índices del Programa Internacional para la evaluación de los Estudiantes (PISA), Polonia realizó una serie de reformas en distintos ámbitos y en diferentes momentos de los últimos 15 años. Se trata de un modelo donde se conjuga una nueva estructura escolar, mayores controles y un aumento de la exigencia para los profesores que se ha visto recompensada en un aumento sustancial de sus sueldos. Así, los cambios aplicados en este ámbito en la nación europea, que ha vivido en los últimos 25 años un proceso de transformaciones tras el fin del régimen comunista, es sin duda un caso de estudio para países que, como Chile, apuestan a dar un salta cualitativo en su sistema educativo.

Fue en 1998 y 1999 que se introdujo la primera parte de la reforma. Hasta entonces los niños y jóvenes polacos tenían dividida la etapa escolar entre la fase básica, de ocho años, y la fase secundaria, de entre cuatro y cinco años, dependiendo si egresaban con preparación general (vocacional, para postular a la universidad), técnica básica o profesional. Entonces se redujo la fase primaria en seis años, se creó una etapa intermedia o secundaria inferior, llamada Gimnasio (no tiene nada que ver con la práctica deportiva) y una última fase de tres o cuatro años de educación secundaria superior con las misma divisiones anteriores (vocacional, técnica o profesional).

Esta nueva estructura hizo que los estudiantes realizaran un control o test al terminar la educación básica que no tenía efectos en el ingreso a los Gimnasios, cuyo resultado es informado a los alumnos y padres, y que sirve a las autoridades para saber cómo va el proceso educativo en su conjunto en la escuela en cuestión. Asimismo, retrasó en un año los exámenes para el ingreso a los liceos o institutos secundarios, según explicó el experto en planificación estratégica del Ministerio polaco de Educación, Jerzy Wisniewski. En Polonia, los niños deben ir a las escuela y secundarias inferiores de su barrios donde tienen garantizados sus cupos, por lo que la selección está descartada. Sí hay un proceso de selección en la educación secundaria superior. Al término de cualquiera de las tres variantes de esta última fase, los jóvenes pueden intentar el ingreso a la universidad, a través de una nueva prueba de selección o incorporarse al mercado laboral, siempre con la posibilidad de seguir perfeccionándose. "De esta forma, no hay callejones sin salida en la educación polaca", detalló Anna Kaczmarek.

Entre 2008 y 2009 se comenzaron también a aplicar cambios en el currículum de las escuelas e institutos superiores. Para eso desde el Ministerio se establecieron líneas generales de lo que se debía enseñar pero se otorgó mayor libertad para la forma de aplicación de los contenidos, dándole un mayor énfasis a las particularidades de los alumnos, y de esta forma "aumentar las competencias" de los estudiantes, dijo Wisniewski. Pero, junto con entregar más libertades tanto a los profesores como a las escuelas y liceos, se establecieron mayores controles y evaluaciones, preocupados por el tema de la calidad. Desde hace pocos años, son los municipios quienes asignan los recursos a los diversos colegios. Pero es el ministro de Educación el responsable de mantener el control del sistema. Por eso cada año se establecen desde esa cartera directrices para mejoramiento de la calidad de la educación y hay funcionarios encargados en cada región de Polonia de fiscalizar el cumplimiento de esas iniciativas y que los resultados no bajen de ciertos  estándares. Es un sistema de control y evaluación que comenzó a ser puesto en marcha en 2009. Esos funcionarios deben estar preocupados no sólo de los resultados sino también del entorno para un mejor proceso educativo, afirmó Barbara Socha, del área de Control Pedagógico del ministerio. De esta forma esos funcionarios realizan visitas a los colegios y se reúnen con los diversos estamentos (profesores, padres y alumnos). Así, se redacta un informe que muestra la situación del colegio, se dan recomendaciones y, como éste ha sido realizado con parámetros deteminados, es posible compararlo con los informes de otros institutos. La evaluación va de A (lo mejor) a E (lo peor). Si el colegio obtiene una mala calificación se elabora un plan de mejoramiento y si este programa no es aplicado por el director del establecimiento puede ser removido.

Los profesores también experimentaron cambios tanto en su trabajo en las salas de clase, pero principalmente en los niveles de exigencia y preparación. A partir de 2000 se establecieron cuatro etapas de perfeccionamiento profesional, lo que obliga a los profesores, para llegar a ser diplomados, un proceso de al menos 10 años, entre estudios y prácticas. Así, los docentes, a medida que van ascendiendo en su categoría, experimentan mejoras salariales. Eso ha permitido que profesor con 20 años de profesión gane un sueldo medio en Polonia que es mucho más que lo que obtenía en las décadas anteriores. Esto establece mayores exigencias para los profesores, que en un comienzo veían con recelo la reforma." Ya van 13 años de esta parte reforma y el sistema ha demostrado que funciona", sostuvo Monika Jablonska.

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